El ex presidente de la Asamblea Constituyente y ex ministro de Energía, Alberto Acosta, aseguró que la Iniciativa Yasuní-ITT –que busca dejar 846 millones de barriles de crudo pesado en el subsuelo– “no tiene un gerente propietario, ni algún iluminado que la inventó de la noche a la mañana”, sino que se fue construyendo paulatinamente.
En una rueda de prensa efectuada el pasado lunes en el hotel Quito y ayer en una entrevista con radio Centro, Acosta presentó la carátula del libro llamado El Ecuador post-petrolero, de varios autores, que a su juicio es casi fundacional de la iniciativa, el que fue editado hace diez años.
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“Aquí ya se habla con claridad de la moratoria petrolera en el sur de la Amazonía y adicionalmente de buscar algún mecanismo para garantizar la intangibilidad de los territorios indígenas amenazados. En este mismo libro se habla de soberanía energética, soberanía alimentaria, se hablan de muchos elementos que luego se irían cristalizando en el plan de Gobierno de Alianza PAIS y, por supuesto, en la Constitución de Montecristi”, indicó.
Agregó que en ese plan gubernamental –construido desde inicios del 2006– en la página 47 ya se habla de la necesidad de una moratoria de la actividad petrolera en el suroriente de la Amazonía, incluso que esta pueda estar atada a la suspensión del servicio de la deuda externa.
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“Uno de los primeros documentos donde ya tenemos la certeza de que esto puede avanzar lo hizo Esperanza Martínez (de Acción Ecológica, ex asesora de Acosta en la Asamblea Constituyente), con quien venía hablando yo desde mucho tiempo atrás, trabajando mucho tiempo atrás, y cuando ya el presidente (Rafael) Correa me había propuesto que sea su ministro de Energía comenzamos a elaborar”, relató.
Exhibió un memorándum sobre la moratoria ITT fechado en diciembre 13 del 2006, donde, añadió, se establecían los elementos fundamentales de la propuesta, entre ellos: construir una comisión junto con el Ministerio del Ambiente y de Bienestar Social para hacer una auditoría del Parque Nacional Yasuní y su población para identificar los problemas, amenazas y acciones necesarias para los pueblos locales, las que serán cubiertas por el Estado y no por empresas transnacionales; armar una agenda internacional para presentar la propuesta con el fin de que este esfuerzo sea reconocido como un beneficio global y se traduzca en compensaciones económicas que le permitan al Estado enfrentar sus obligaciones.
Aclaró que el tema de compensaciones pasó al de contribución sustentada en el principio de corresponsabilidad.
Y reiteró “si el señor presidente Correa quiere asumirse como autor de la propuesta, no tengo absolutamente nada en contra..., si eso le va a devolver la calma y la confianza lo cual será bueno para él, para su gobierno y para el país, pues no me importa que el presidente Correa siga repitiendo que él es el propietario de la propuesta”, sostuvo Acosta.
Textuales: Opinión
Rafael Correa
(15 de enero del 2008)
“Nos quieren dividir, encasillarnos entre supuestos correístas y acostistas. En todo caso, si esto fuera cierto, mi querido Alberto, que no te quede la menor duda de que yo soy el más ferviente acostista”.