Solo la educación permitirá que nuestro Ecuador se supere, avance y logre su verdadero desarrollo cultural, intelectual y pedagógico.
Por esto, en el campo educativo, el Gobierno nacional ha realizado una positiva labor que ha permitido el fortalecimiento de la educación fiscal y que, personalmente, creo que constituye el aporte más importante en el área, como es el haber otorgado la colación escolar a todas las escuelas fiscales, tomando en consideración que la mayoría del alumnado es de escasos recursos y pasa por una situación económica muy apremiante que muchas veces no le permite que se encuentre debidamente alimentado, motivo por el cual en épocas pretéritas su rendimiento era notoriamente deficiente.
El aporte que ofrece la provisión de la colación escolar ha logrado demostrar que todos los estudiantes son inteligentes.
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Lamentablemente, el alumno de bajo nivel económico, rayando en lo paupérrimo, no podía desarrollar su capacidad intelectual. Demostrado está que nadie es bueno para todo y nadie es malo para todo. Para alguna actividad los alumnos demuestran habilidad y destreza, y si se los apoya decididamente se estarían garantizado sus triunfos individuales en las universidades de la vida.
Es por eso indispensable que el Gobierno nacional otorgue la colación a los estudiantes adolescentes de los colegios fiscales, lo cual permitirá el fortalecimiento intelectual soportado en una valiosa alimentación que fortalecerá sus neuronas y hará que tengamos estudiantes con excelente aplicación en los estudios.
Si el Gobierno ecuatoriano adopta esta iniciativa, solucionaría en gran parte uno de los más acuciantes problemas que se le presentan diariamente a los padres de familia, que en esta muy grave crisis económica a veces no pueden cumplir ni con lo más elemental que se requiere para el desarrollo mental y físico de sus hijos; esto es, una apropiada y nutritiva alimentación.
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Hay que diferenciar que la colación escolar llega a una mayor cantidad porque son más numerosas las escuelas fiscales, mientras que los colegios del fisco son en menor cuantía, lo que constituiría una valiosa inversión y no un gasto, que es mucho menor con relación a lo que se invierte en las escuelas.
Además, se unificaría la intencionalidad de que el niño y el adolescente tengan verdaderamente asegurada su alimentación en esta etapa, la más valiosa de sus vidas como alumnos de nuestras escuelas y colegios que regenta nuestro Estado ecuatoriano.
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Ricardo Ordóñez Jaramillo,
licenciado, Guayaquil