Medicamento es todo preparado o ente material dotado de forma farmacéutica, que administrado al paciente sano o enfermo, y en virtud de una serie de reacciones biofísicas y bioquímicas, previene, cura, palia o diagnostica una enfermedad o proceso patológico y mejora la salud. La forma farmacéutica ayuda a la dispensación, dosificación y administración. Si el fármaco no reacciona con el organismo, no puede tener efecto farmacológico. En periódicos leí con sorpresa que para unas empresas de fármacos, los jarabes son agua con azúcar y no una forma farmacéutica, que tiene como objetivo lograr un medicamento estable, seguro y eficaz, y que facilita la administración del mismo permitiendo una dosificación exacta. Y según para esas comercializadoras de fármacos, la mayoría de los productos que van a tener licencias obligatorias se pueden producir en el país porque son formas farmacéuticas simples. Dan a entender que los inyectables son algo que no requiere mayor conocimiento o tecnología; pero los profesionales químicos y farmacéuticos sí sabemos que los inyectables pueden ser soluciones, suspensiones y emulsiones con diferentes características de solubilidad, tamaño de partícula, estabilidad, esterilidad, que requieren exactitud en la dosificación, ausencia de pirógenos, neutralidad, isotonía, etcétera. Se requiere sobre todo el cumplimiento estricto de las buenas prácticas de manufactura y de otras normas que garanticen la calidad (Haccp, ISO 9001) y de profesionales de la química y farmacia con competencia técnica y administrativa.
La farmacia es la ciencia del medicamento, y el profesional químico y farmacéutico, el especialista del mismo. Señores del Gobierno Nacional y señores industriales farmacéuticos, ustedes están entusiasmados con la producción local de medicamentos y la reducción de costos; pero la realidad es otra. Hay aspectos que deben ser considerados profundamente. Se debe invertir en la formación del recurso humano que sale de las facultades de química y farmacia de la universidad ecuatoriana; invertir en recurso tecnológico e infraestructura. Se debe enfrentar el desafío de caminar a una relación más estrecha universidad-empresa, eliminar la barrera entre lo comercial y académico, establecer una interacción que para todos sería beneficiosa. El equilibrio entre estas tres misiones, política de gobierno, sector industrial y universidades, lograría realmente los mejores resultados.
Walter Herrera Argüello,
químico farmacéutico, Guayaquil