Luis Alcides Cox Almeida, alias Fénix, pasea desafiante su corpulencia detrás de las sombrías puertas blindadas de la prisión de Alcalá Meco, en Madrid. Posa para la fotografía con los brazos cruzados y el gesto adusto, de tipo duro. La bufanda le cubre casi la mitad del rostro (es una mañana fría de otoño, el termómetro marca seis grados). Presume de los collares que rodean su cuello. En el uno se aprecian los colores de la bandera de Ecuador. En el otro, los de la de Pastaza, provincia de la que es originario.