Es una fruta que a su primer hijo, Leonardo, de 2 años, le apetece, que le pide, aunque apenas puede pronunciar la palabra “mango”. Ese gusto empuja a Juan Carlos Mera, de 21 años, a comprar el producto antes de su regreso del trabajo a la casa. La tarde del miércoles pasado pagó 50 centavos por seis unidades, antes de subir al bus con destino a la cooperativa Balerio Estacio.
Los compró en el punto de la vía Perimetral conocido como “la entrada de la 8” que vendedores han convertido en mercadillo. Esta fruta pinta de amarillo los puestos cautivando a compradores como Anita Chila, ama de casa, quien llevó 24 unidades de “mango de chupar” por dos dólares.
Asimismo, Gabriel Morcillo, a quien Judith Vera le despachó diez.
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La vendedora afirma que comercializa unas 10 cajas a diario, alrededor de 400 unidades, en fundas de 0,50 centavos y un dólar, dependiendo del tamaño de la fruta. Su proveedor viene de Daule, pero también de otros cantones aledaños, refiere.
Milton Quijije, vendedor y a la vez productor de la fruta, trae el producto desde el cantón Lomas de Sargentillo, de donde es oriundo. “Dejo aquí 30 o 40 cajas diarias y otro tanto en Montebello (mercado de víveres)”, anota el hombre.
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El mango también llega a bodegas, de donde se abastecen vendedores en carretas como Emilio Espinoza, de 65 años. Él ofrece la fruta en las cooperativas La Florida y Gallegos Lara y, además de mango de chupar, tiene la variedad Tommy Atkins, de mayor tamaño y que se produce para exportación.
“Llega al mercado local por su abundancia”, señala Bernardo Malo, presidente de la Fundación Mango Ecuador (entidad que presta asistencia a exportadores), quien recalca que en diciembre la cosecha está en su punto más alto. Malo explica que el periodo de recolección de la fruta empieza en octubre y concluye a finales de enero.
El año pasado, las exportaciones, cuyo mercado principal es Estados Unidos, alcanzaron siete millones de cajas.
Del mango se obtiene jugo. Miriam Rodríguez, ejecutiva de ventas de una telefónica, dice que suele servirlo con hielo, “como el de ciruela”, señala.
También se elabora dulce, refiere Patricio Simistierra, de 47 años, comerciante de mangos Tommy Atkins, conocidos como mangos de aguacate, en las calles 4 de Noviembre y Tungurahua. “Se saca la pulpa y se la pone a hervir con canela, sin agua, y clavo de olor, pero hay que moverlo para que no se queme”, dice el hombre, quien afirma que en balnearios de Esmeraldas las rodajas de mango acompañan a la corvina frita.
Simistierra vende las cajas de cartón a un dólar, donde caben unos seis o siete mangos. Dice que por años trabajó en una exportadora, por lo que “lo conocen” y así obtiene precios preferenciales.
“Este es mango para el pueblo”, expresa luego de atender a Galo Plaza Briones, quien calificó el precio como barato. Simistierra dice que ese mango demora en madurar, a diferencia del de chupar, que llega a esa etapa en unos cuatro días.
El mango constituye una fuente de fibras, carbohidratos y vitaminas antioxidantes como C, A, E, que aportan en la prevención del cáncer y males cardiacos, refiere Narcisa Zambrano, médica nutricionista, quien aconseja el consumo en el embarazo por su contenido de ácido fólico y vitamina B para ayudar al desarrollo del sistema nervioso del feto.
“La fruta también proporciona potasio, por lo que beneficia la recuperación tras la actividad deportiva”, apunta Zambrano.
Cifras
8
Dólares. Es el costo promedio de una caja de mango de unas 40 unidades.
400
Mangos. La cantidad corresponde a la producción promedio de un árbol de esta especie.