Recibí con sorpresa un aviso de citación que decía que tengo una infracción por “mal estacionado”, y la fecha del adhesivo supuestamente entregado era octubre 21 del 2009 y que la consecuente multa es de $ 22,33. La citación es totalmente falsa.
 
Primero,  no suelo estacionarme en el sector que señala la citación, esto es la calle Eloy Alfaro, donde si uno se descuida se lo llevan con todo al canchón, dicho sea de paso. Segundo,  mi vehículo no lo maneja nadie más. Tercero,  en esa fecha me encontraba en Mazatlán, México.
 
Consultando a amigos míos, me dicen que es normal, que ya era hora de que me toque a mí este tipo de consecuencias por malas prácticas en la CTG, que ciertos oficiales con tal de cumplir consignas las hacen sin el menor empacho.

Conozco  personalmente al director nacional de Tránsito,   Ricardo Antón, un hombre de bien. Le pido, por favor, que suspenda este tipo de procedimientos de dejar adhesivos y poner consignas de citaciones, esto se está prestando para malos manejos, cuyo botón de muestra es lo que me sucedió.  Da la impresión de que el oficial no cumplió su cuota y se fija en el primer incauto para multarlo. Hay que temerles verdaderamente a los patrulleros.

Javier Orús,
Guayaquil