Para Blanca Neira, habitante de la comuna La Aguadita, de la parroquia Colonche, del cantón Santa Elena, el tener agua para cocinar, lavar y bañarse es un lujo, según comenta.
En esta localidad el prolongado verano ha ocasionado una fuerte sequía, que perjudica a las 200 familias que habitan en este caserío.
Publicidad
“A los animales les damos de beber pasando dos días porque la poca agua que podemos sacar del pozo apenas nos alcanza para nuestras familias”, asegura el habitante César Malavé, mientras las pocas cabezas de ganado que aún siguen en pie se le acercan en busca de líquido.
El único pozo de agua salobre, de cerca de 16 metros de profundidad, que posee esta comuna está casi seco. Apenas tiene 30 centímetros de líquido, lo que hace imposible que estos extraigan el fluido de manera manual, por lo que tienen que utilizar una bomba que funciona con electricidad, la cual pasa apagada por los racionamientos de energía eléctrica, por lo que se agrava el problema.
Publicidad
Esta crítica situación se repite en otros poblados de la provincia de Santa Elena, que padece el embate del clima que afecta a los cultivos y animales de cría como aves y cerdos.
El 60% de la población rural de la provincia de Santa Elena carece de agua potable. De este porcentaje, más del 20% solo puede obtener este recurso a través de los pozos de agua, que muchas veces es salobre.
Onofre Suárez, agricultor de la comuna Calicanto, indicó que debido a la sequía que ya lleva unos tres meses han tenido que llevar a sus reses a sitios cercanos de la cordillera Chongón-Colonche, en el límite con Manabí, a fin de que el ganado pueda comer.
Peninsulares: Estragos
Sin ayuda
Los habitantes de las comunas del cantón Santa Elena se quejan porque pese a la situación que padecen y a los pedidos que han hecho a las autoridades hasta la vez no les entregan ayuda.
Comunas
Según informes de la Secretaría Técnica de Gestión de Riesgos, al menos 20 comunas de la provincia se encuentran en peligro por la sequía. Los tanqueros llegan dos días por semana.