En cada diamante que visitó durante su estadía en Guayaquil y Durán, Jaime Jarrín, el mítico relator ecuatoriano de los Dodgers, se emocionó y se sintió más comprometido con su misión: convertir a estas dos ciudades en algo similar a San Pedro de Macorís (República Dominicana), semillero de beisbolistas para  Grandes Ligas.

Jarrín (74 años) no olvida que hace 55 salió de Cayambe, cantón de Pichincha, para ir a  EE.UU. y probar suerte como radiodifusor.

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Y aunque confiesa que antes de su viaje nunca había visto una pelota ni un partido de béisbol, porque en Quito (donde trabajó como comunicador) el desarrollo de esta disciplina es escaso, Jarrín triunfó como relator de béisbol y en 1998 llegó al Salón de la Fama de Grandes Ligas.

Hoy, su éxito le ha servido para recaudar fondos y donaciones que empleará en promover y masificar la práctica de la pelota chica en el país. No comenzará en su territorio natal. “Aunque un amigo de Quito me pidió que ayude a impulsar el béisbol allá, le dije que hay que comenzar de cero; en Guayaquil se practica béisbol hace años (desde hace 102) y hay una base.

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Por eso me uní al proyecto de El Recreo. Quito debe esperar, porque ahora me comprometí con esto”, manifestó sobre el plan que respalda la Asociación Provincial del Guayas.

Tras su visita, durante el fin de semana, Jarrín quedó sorprendido con el interés y motivación de los niños de las canchas de Durán, Yeyo Úraga y la liga de Miraflores. “Acá hay material atlético y talento en los niños”.

Por eso hoy, a su retorno a California, Jarrín buscará más recursos. Incluso la cobertura periodística de estos días sobre su visita a las escuelas le servirá de respaldo. “Me llevo todos estos recortes (de periódicos) como evidencia del interés que hay para que la gente de béisbol de EE.UU. conozca el proyecto, se entusiasme y colabore”, explicó.

Pero antes de marcharse, el célebre narrador deja un mensaje a la dirigencia local que mantiene una división entre la Asociación Provincial y la Federación Ecuatoriana. “Hay que aunar esfuerzos. Dejar a un lado las pretensiones personales y buscar cómo ayudar a esta juventud y niñez. Hacer escuelas de béisbol modelos”.