Tras cinco años de fuerte crecimiento económico, Venezuela probablemente cierre el 2009 en recesión, arrastrada por la crisis financiera global que derrumbó los precios del petróleo, admitió ayer el equipo económico del presidente Hugo Chávez.
Pese a que inicialmente el presidente del Banco Central, Nelson Merentes, dijo que esperaban un crecimiento “cercano al cero”, minutos después reconocía que el país podría registrar una ligera contracción en el actual ejercicio.
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“Con respecto a cómo vamos a terminar el año 2009, no vamos a terminar creciendo mucho, probablemente podamos decrecer”, dijo.
Chávez había insistido en los primeros meses del 2009 que la crisis del “capitalismo” no tocaría al país gracias a sus políticas socialistas, como control de cambios y de precios, vigente desde el 2003. Sin embargo, el Producto Interno Bruto (PIB) registró el primer semestre su primera contracción desde el 2003, cuando la economía se derrumbó tras un paro petrolero orquestado por la oposición para forzar su renuncia.
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Además, los precios al consumidor han mantenido su escalada de dos dígitos este año pese a la crisis, lo que se ha convertido en un dolor de cabeza para el Mandatario, en momentos en que se prepara para las elecciones legislativas del 2010 en un entorno económico inestable y con una inflación desbocada.
El mercado aguardaba un nuevo paquete de medidas para reactivar el crecimiento y reducir la inflación más alta de la región; pero los ministros de Finanzas, Alí Rodríguez, y de Planificación, Jorge Giordani, aseguraron que las más de 40 medidas que Chávez iba a anunciar serán reveladas en capítulos, “como una novela”.
Analistas esperan que estas medidas se centren en reducir el diferencial entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, así como reformas en el sistema bancario para estimular el crédito a sectores productivos.
Pese a que bancos internacionales creen que Venezuela devaluará en corto plazo, el régimen insiste en descartarlo por su efecto sobre la inflación.