Indonesia perdió la esperanza de hallar sobrevivientes y suspendió ayer su búsqueda en Padang, cinco días después de que un violento terremoto estremeciera a esta ciudad de Sumatra, y se concentra ahora en prevenir los riesgos de epidemia.

Según la ONU, al menos 1.100 personas perecieron en este sismo de magnitud 7,6, pero se estima que el número de víctimas mortales puede llegar hasta 5.000. Las operaciones de socorro eran cada vez mas difíciles, debido al mal tiempo que reinaba en la zona, afectada por fuertes lluvias.

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Ahora, el objetivo es atender a los heridos y prevenir la propagación de epidemias, así como retirar de los escombros los cadáveres en descomposición. “Debido a las malas condiciones sanitarias y a la falta de agua corriente, incluso una pequeña herida puede poner una vida en peligro”, advirtió la ONG World Vision.

El mal tiempo frena la llegada de la ayuda a los pueblos, cuyas casas han sido derruídas o enterradas bajo los deslizamientos de tierra. El fango dificultó además la instalación de un hospital de campaña por parte del equipo de 40 socorristas enviado por Rusia.

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Los 115 rescatistas suizos, apoyados por perros especializados, llevaban desde el viernes trabajando, pero ya dejaron de buscar entre los escombros de hoteles o escuelas. Lamentan “no haber hallado a personas vivas”, según dice su portavoz, Michel Mercier.

Señal de un paulatino retorno a la normalidad, algunas escuelas volvieron a abrir ayer sus puertas. “El gobernador nos pidió que se reanuden las clases, pero solamente vinieron 60 alumnos de un total de 800”, afirma Karmila Suryani, un profesor de la escuela Muhammadiyah en Padang.

Ahora en Japón y en China
El tifón Parma, el de mayor fuerza en pasar por Filipinas desde el 2006, dio la vuelta y regresó ayer al extremo norte del archipiélago arrastrado por otro tifón, el Melor, de aún mayor intensidad.

Parma, que causó al menos 17 muertos durante el fin de semana, se quedará en el país provocando lluvias torrenciales al menos hasta el jueves, según los pronósticos meteorológicos.

“La interacción de ambas tormentas impidió a Parma abandonar nuestra área de influencia”, explicó Nathaniel Cruz, meteorólogo.

Más aguaceros empeorarán la situación en Manila y alrededores, diez días después de que la tormenta Ketsana arrasara toda la mitad sur de la isla de Luzón, dejando a su paso casi 300 muertos y 2,5 millones de damnificados.

Mientras Melor avanza por el Océano Pacífico hacia Japón, Parma se acerca a las costas orientales de China con fuertes lluvias y vendavales, según los servicios de meteorología.

Se trata del decimoséptimo tifón que afecta este año la costa china, y estaba previsto que tocara ayer tierra en la provincia oriental de Fujian.

Más de un centenar de turistas quedaron varados en la isla de Nanji, en la costa de la provincia de Zhejiang, debido a la necesidad de suspender los servicios marítimos por la proximidad del tifón.

La guardia costera taiwanesa dijo que 10 integrantes de un buque panameño continúan desaparecidos después de que el barco se hundiera en el estrecho de Taiwán, cerca del canal de Bashi, que separa a la isla de Filipinas.