En tres años y medio de existencia, la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana ha tenido ocho funcionarios a cargo. Al menos cuatro de ellos aseguran que la falta de políticas claras o recursos truncó su trabajo.

Valentina Ramia, quien asumió al cargo con un plan para modernizar a la Policía Nacional y $ 320 millones para ejecutarlo, renunció tras las críticas del presidente Rafael Correa a su gestión.

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La Subsecretaría de Seguridad Ciudadana, creada el 20 de abril del 2006, mediante Decreto Ejecutivo 1339 en el gobierno de Alfredo Palacio, nació con el objetivo de “prevenir la violencia y el crimen, y proteger a los ciudadanos de todo tipo de inseguridad”. 

“Nació muerta y sigue muerta”, expresa radicalmente el sociólogo Lautaro Ojeda, cuando analiza la labor de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana que él dirigió.

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Su expresión, asevera, se fundamenta en que esa entidad no ha tenido  el apoyo estatal debido  para lo que fue creada: “La definición de políticas, proyectos, programas y acciones para garantizar la seguridad, prevenir la violencia y el crimen, y proteger a los ciudadanos de todo tipo de inseguridad, sus bienes y la armonía social”.

Él, que tuvo un paso fugaz con  dos semanas en funciones -del 15 de mayo al  1 de junio del 2006-, llegó al cargo en el momento en que, por ejemplo, en Guayaquil se cometía un delito cada 19 minutos; sin embargo, el comandante general de Policía de entonces, José Vinueza, consideraba que lo que había era “una sensación de inseguridad”. Su versión difería con la reacción del entonces ministro de Gobierno, Felipe Vega de la Cuadra, quien dio a la Policía  un mes de plazo para bajar el índice delincuencial en Guayas.

Antes de que se cumpla ese mes, Ojeda, un experto en convivencia social que cree que se equivocó al aceptar el cargo en la Subsecretaría y que también falló el Gobierno porque jamás le dio recursos, renunció a sus funciones por las que ¬comenta, entre risas¬ “jamás me pagaron un solo centavo, ni siquiera cuando fui a Guayaquil”.

Casi cuarenta días después, el 8 de julio, llegó a esa función el empresario guayaquileño Carlos José Achi, cuya posesión se retrasó un día porque el Ministro de Gobierno resolvió que el acto se cumpla en Guayaquil, para que “el Subsecretario conozca en extenso el plan Guayaquil Seguro (...) y que desde aquí (en esta ciudad) cumpla su misión de supervisión de las acciones que se cometen en el país contra la delincuencia”.

Sin embargo, Achi, quien dice haber presentado un plan global “de lo que significa seguridad, no solo de policía contra ladrones (con operativos, investigaciones, mejoras para la Policía, rehabilitación y nuevas cárceles, etcétera)”, sostiene que no tuvo apoyo.

“Casi  me arrepiento de haber aceptado estar ahí, porque siempre que  he emprendido algo intento hacerlo bien”, expresa; sin embargo, permaneció en funciones hasta el 15 de enero del 2007 en que salió el presidente Palacio.

Cuanto Rafael Correa asumió  la presidencia dejó pasar un mes para posesionar al primer Subsecretario de Seguridad de los seis que lleva en su mandato. Jorge Villarroel, un ex oficial de Policía, fue nombrado el 24 de febrero y estuvo en funciones medio año. Se marchó con la intención de crear los consejos cantonales de seguridad en el país (potestad de la entidad que él dirigía,  según el decreto de su creación), con la participación de los gobernadores, tenientes políticos y de los representantes de los municipios.

Al mes siguiente, el 17 de septiembre, Carlos Coloma  se encargó de esa función. Él refirió entonces que la no efectividad de la entidad no era  problema de un presupuesto, “sino de visión”; no obstante,   solo estuvo hasta enero 9, cuando  asumió el cargo Valentina Ramia, quien había cumplido  funciones de subsecretaria de Políticas Sociales del Ministerio de Coordinación Interna y Externa.

Ella llegó al cargo con un plan que  reformaría y modernizaría la Policía con una inversión de $ 320 millones y además ejecutaría un plan de seguridad ciudadana  con tres ejes fundamentales: la Policía (orden público), la rehabilitación social y el sistema de justicia, a través del Ministerio de Justicia.

Pero la inseguridad, considerada por el ex ministro Fernando Bustamante solo como una “percepción”, no pudo superarse en el país y el  4 de noviembre del 2008 ¬tras las críticas del presidente Rafael Correa¬ renunció. Desde la Subsecretaría,  en marzo del 2008, ella fue testigo de la creación de la Unidad Ejecutora para la gestión de la modernización de la Policía y del Plan de Seguridad Ciudadana, en la que ahora laboran unas 60 personas para ejecutar los proyectos del Ejecutivo.

Mientras que en la Subsecretaría, donde laboran cuatro personas, la inestabilidad ha sido permanente: han estado tres funcionarios después de  Ramia. Primero,  el 18 de noviembre del 2008, llegó Crystian Cevallos, quien renunció el 3 de febrero del 2009. Después llegó Gustavo Lalama, quien laboró del 23 de marzo del 2009 al 9 julio del mismo año, cuando decidió renunciar. Él dice que presentó una propuesta en la que consideraba el trabajo coordinado de todas las instituciones que tienen que ver con la seguridad y que incluía a los municipios.

Pero, para él, la Subsecretaría  no contaba con los instrumentos necesarios; y, además, su propuesta, en la que los gobiernos locales tenían una participación importante,  no tuvo el eco necesario en la  Presidencia y el Ministro de Gobierno.

Para que su proyecto tenga éxito “había que dejar del lado la visión política. Para que la inseguridad se afronte de forma efectiva debe haber un  trabajo coordinado. Hay temas en los que las autoridades tienen que unirse”, sostiene él ahora.

“Los cambios de los subsecretarios han estado marcados por los cambios en el Ministerio de Gobierno”, dice un funcionario de esa cartera; sin embargo, Lalama dice que renunció por  falta de apoyo.

Lo sucedió Freddy Rivera, con quien este Diario intentó mantener una entrevista, pero no fue posible debido a su apretada agenda en los últimos días, sobre todo desde el jueves cuando el Gobierno decretó el estado de excepción  para Guayaquil, Quito y Manta, porque la Policía Nacional “no es capaz por sí sola en la medida de las exigencias ciudadanas”.

Lautaro Ojeda
15.05.2006 - 01.06.2006
“Jamás me pagaron un solo centavo por mi trabajo como subsecretario, ni siquiera cuando fui a Guayaquil”.

Carlos José Achi
08.07.2006 - 15.01.2007
“Lo más difícil fue la desidia de los superiores... Casi  me arrepiento de haber aceptado estar ahí”.

Gustavo Lalama
23.03.2009 - 09.07.2009
“Había que dejar de lado la visión política, para que la inseguridad se afronte de forma efectiva”.

Funcionario
ministerio de Gobierno
“Los cambios de los subsecretarios han estado marcados por los cambios en el Ministerio de Gobierno”.