Un encuentro entre dos culturas diferentes, el norte y el sur, Manneken Pis, el pequeño hombrecito conocido mundialmente como el símbolo de Bruselas se vestirá del Diablo Huma, expresión típica de la fiesta del Inti Raymi, del folklore ecuatoriano y andino, este sábado y domingo como símbolo de fraternidad entre el Ecuador y Bélgica.

En el marco de la novena Fiesta del folklore en Bruselas, durante una ceremonia oficial en las instalaciones del municipio de esta capital europea, el embajador ecuatoriano, Dr. Fernando Yépez Lasso entregará a Bertin Mampaka, consejero bruselero, los vestidos del Diablo Huma.

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La ceremonia que comenzará a las 11h00 de la mañana terminará en procesión al sitio donde se encuentra la famosa estatuilla de Manneken Pis que será develada para la admiración de los miles de turistas que esta ciudad tiene por día.

Durante los dos días que dura la Fiesta del Folklore, los visitantes que acuden por millares a la Gran Plaza de Bruselas podrán disfrutar de bailes folklóricos andinos y  degustar la gastronomía típica ecuatoriana y de otros países de Latinoamérica.

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El diablo Huma del reino del Sol a Europa
Al momento del Solsticio de invierno en el hemisferio Sur, los Incas rendían homenaje al dios Sol para que este no desaparezca en las profundidades del universo.

Y es así que, el Diablo Huma (cabeza de diablo)  personaje principal del Inti Raymi (Fiesta del Sol), tiene  la misión de espantar los demonios que acechan las cosechas y la buena energía....

El Diablo Huma es el enmascarado que acompaña a los aricuchicos o shamanes en las festividades relacionadas con la cosecha al norte de Quito que con vestidos multicolores blande un fuete mientras silba y baila en medio de comparsas.

Los vestidos del Diablo Huma son exuberantes y marcarán en esta feria del folklore latinoamericano en Bruselas el comienzo del invierno.

La máscara del Diablo Huma es de tela, azul oscuro o rojo y le cubre hasta la mitad del pecho. Dos agujeros corresponden a los ojos y uno a la boca. Las orejas se representan por una par de asas embutidas de trapo y de idéntica manera una tercera representa la nariz.

En la parte superior lleva tres hileras de 4 cachos o cuernos también embutidos de trapo. La máscara tiene dos caras, la posterior es similar a la anterior, decoradas con varios dibujos y adornados de hilo de color. Lleva camisa de color, pantalón bombacho o un zamarro y en una de sus manos lleva un largo "fuete" o fuste que blande mientras camina, sin dejar de emitir sucesivos silbidos. A diferencia del Aricuchico, el Diablo Huma toca instrumentos de viento: churos, flautas y rondines.

Previamente a su aparición en las comparsas de San Juan o San Pedro, y de idéntica manera que los Aricuchicos, un Diablo Huma se baña tres días en una cascada (paccha) para compactarse con el diablo y adquirir poder y habilidad necesaria para el combate ritual que protagonizaba en otros tiempos o, simplemente, para adquirir las energías necesarias que adquiere se extenuante baile; ritual que se realiza hasta la actualidad.

Manneken Pis,  reflejo belga de la sencillez de la vida
El sitio más visitado de Bruselas no es ningún palacio, ni castillo o monumento grandioso tan alto como la Torre Eiffel. A la imagen de la picardía y travesura de sus habitantes, es un niño desnudo orinando.

La estatua de Manneken Pis (literalmente Hombrecito- Pis), de apenas un metro de alto, es una fuente que se esconde entre las estrechas calles medievales de la ciudad, muy cerca de la Plaza Grande, conocida como la plaza más hermosa de Europa.

Varias veces, por razones misteriosas, la estatua fue robada, pero siempre recuperada. La tradición de regalarle vestidos comenzó cuando, un francés robó la efigie y para disculparse, el rey de Francia, Luis XV ofreció al niño un vestido de oro y una condecoración.

Alrededor de la estatua hay un verdadero culto. Desde siglos, reyes, emperadores, presidentes, y hasta el Santo Padre le han ofrecido vestidos al niño. Su guardarropa tiene 800 trajes de todos los orígenes del mundo, que están guardados en el museo de la Casa del Rey en la Plaza Grande.

Se cuentan muchas historias sobre Manneken Pis. Una de ellas cuenta que a principios del siglo XVI, cuando Bélgica pertenecía a Carlos V, un oficial español decidió poner una bomba en la alcaldía para castigar a los rebeldes bruseleros que siempre se levantaban contra el ocupante.

Manneken-Pis despertado por una necesidad urgente salió de su casa para orinar y se encontró con la bomba. Sin pensarlo, el valiente niño sacó su única arma y extinguió la mecha de la bomba salvando a la ciudad.

Otro cuento dice que la estatua es el resultado de una discusión entre dos místicos sobre el pecado. Uno decía que este era inspirado por el diablo, y el otro defendía que una mala acción no era un pecado, si estaba lleno de amor divino. Esta última teoría encantó a los traviesos bruseleros, adictos a la buena comida y la buena vida. Para ilustrarla, edificaron una estatua de un niño orinando, glorificando así las necesidades de la vida.

Y cada año, el agua que sale de la fuente se remplaza por cerveza para goce de los visitantes y bruseleros.