Ayer nuevamente una ballena jorobada se varó en las costas manabitas, la tercera en menos de 60 días. Las anteriores se detectaron en la parroquia Cojimíes, de Pedernales, en julio. En esta ocasión se trató de un adulto, de 15 metros de longitud, que encalló en la población de Río Caña, a 500 metros de la parroquia San Lorenzo (35 kilómetros al suroeste de Manta).

Moradores de Río Caña escucharon cerca de la medianoche un sonido poco común. El gemido surgía de una ballena jorobada que tenía en su cola restos de trasmallo (red de pesca). “Escuchamos cómo se quejaba y salimos, pero solo observábamos un bulto grande; ya en la mañana vimos que era una ballena, pero no la pudimos rescatar”, dijo Facundo Conforme, uno de los que intentaron salvar a este cetáceo.

Publicidad

Ayer maquinaria del Municipio de Manta realizaba la remoción de arena para luego enterrar al mamífero.

Debido a estos varamientos la directora de Turismo de Manabí, Cristina Castro, dijo que se darán charlas dentro de las comunidades costeras de la provincia para que los habitantes sepan qué hacer cuando se presenten estos casos.

Publicidad

“Si la hubiéramos hallado con vida (a la ballena), se la sacaba al mar procurando no tapar su agujero de respiración y manteniendo la piel con toallas mojadas, porque son sensibles al sol”, dijo Castro, presidenta de la Fundación Ballenas del Pacífico en Ecuador.