En medio de arena, heces de personas y animales; y una construcción abandonada, 190 alumnos y 12 profesores de la Escuela Fiscal Mixta Abdón Calderón Muñoz tratan de desarrollar sus actividades.

El desolador panorama se originó con los trabajos de relleno hidráulico que ejecuta La Armada en sectores de la parroquia Barreiro.

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Este centro educativo está ubicado en la ciudadela 4 de Mayo. Allí los propios padres de familia y profesores tuvieron que romper paredes para que el relleno llegue a los patios de la escuela, pero esta acción provocó graves daños en la estructura y a la vez dejó semienterrada más de la mitad del local.

Con paredes y puertas destruidas, antisociales aprovecharon para robarse mobiliario y materiales. “Hasta las sillas tenemos que traer de nuestras casas porque se robaron las que había en la escuela”, dijo Raúl Briones, uno de los alumnos.

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La directora Ángela Montenegro justificó los daños en las paredes “porque eso ayuda a que el relleno penetre en toda el área del plantel para que no quede demasiado baja y evitar inundaciones en lo posterior”, indicó.

Sin embargo la funcionaria admitió que la situación en la actualidad es angustiosa. “No hay cómo enseñar a los alumnos; nos hace falta seguridad, pupitres, pizarrones, puertas, servicios higiénicos, es decir carecemos de todo”, dijo.

Montenegro indicó que los padres de familia se comprometieron a enviar a los niños con sus sillas.

Incluso para realizar sus necesidades biológicas las niñas y las profesoras piden permiso en las casas cercanas a la escuela.

La Directora recordó que hicieron una solicitud a la Dirección Nacional de Servicios Educativos (Dinse) que respondió que cuando haya presupuesto construirá una escuela nueva.

Aulas inconclusas
Otro problema que padecen hace casi dos años es la entrega de un cuerpo de tres aulas que a inicios de enero del 2008 empezó el gobierno provincial de Los Ríos.

La obra está a cargo del ingeniero Luis Acurio, pero está inconclusa pues falta cerramiento, puertas, cubierta, techo, servicios higiénicos, sistema eléctrico y verjas.

“Lo peor es que el gobierno provincial nos obligó a rellenar el lugar; compramos 70 volquetadas de tierra a 20 dólares cada viaje”, dijo la directora.