La atleta sudafricana Caster Semenya, campeona de 800 metros en el Mundial de Berlín, pero inmersa en rumores sobre su sexo, no perdería automáticamente su título si se determina que es un hombre, declaró ayer la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

Nick Davies, portavoz de la IAAF, insistió en la distinción entre la trampa que supone usar productos dopantes y el hecho de ser de otro sexo que el oficialmente registrado por las instancias deportivas.

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“Desde un punto de vista legal, si se descubre que es de un sexo diferente al declarado, no es hacer trampas”, explicó Davies. Añadió que “doparse es un intento de fraude y es hacer trampas. Así que no es un caso que la privaría obligatoriamente de su medalla. Es un tema muy delicado”.

De un físico poderoso, la deportista de 18 años ganó el miércoles pasado los 800 metros en 1 minuto 55 segundos 45 centésimas de segundo, la marca más rápida del año y su mejor registro personal por más de un segundo.

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La IAAF se ha visto obligada a iniciar una investigación que duraría semanas.

El padre de Semenya, quien está siendo sometida a un test de verificación de sexo, ha pedido públicamente que dejen en paz a su hija. “Me gustaría que la dejaran en paz”, declaró Jacob Semenya a la prensa sudafricana. “Es mi niña. La vi nacer, la crié y nunca he dudado de su sexo. Es mujer y lo repetiré un millón de veces si es necesario”.

Mientras, el partido gobernante de Sudáfrica salió en defensa de la  campeona diciendo que es la “chica dorada” del país y modelo para los jóvenes.

“Condenamos los motivos que han causado esta duda sobre el género de Semenya debido a su físico y estilo de correr. Esos comentarios solo sirven para retratar a la mujer como un ser débil”, dijo ayer en un comunicado el Congreso Nacional Africano.