Una serie de atentados, que arrojaron al menos 21 muertos y 50 heridos, ensangrentó a Afganistán ayer, donde mañana se realizará  la segunda elección presidencial de su historia, denunciada por los islamistas talibanes como una “patraña” organizada por EE.UU., que ocupa el país desde el 2001.

El mandatario saliente y candidato a la reelección, Hamid Karzai, parte como favorito, pero los analistas no descartan que necesite un segundo turno para ser reelegido ante la buena campaña realizada por su rival, el ex canciller Abdulá Abdulá.

Publicidad

La explosión de un coche bomba en una carretera utilizada por las tropas internacionales  mató al menos a nueve civiles afganos y a un soldado extranjero de la OTAN. El ataque también dejó 53 civiles afganos y dos miembros de la ISAF heridos. El objetivo del kamikaze era un convoy de suministros de la OTAN. Otros tres atentados ensangrentaron el país dejando once muertos.

Las elecciones, en las que 17 millones de afganos están habilitados para votar, son extremadamente complicadas de organizar a nivel logístico. Todas las fuerzas de seguridad afganas y extranjeras, unos 300.000 efectivos en total, fueron movilizados para mañana.

Publicidad

Angustiados por la amenaza talibán de cortarles los dedos si votan, los ciudadanos afrontan el reto de acudir a las urnas en la provincia de Helmand (sur de Afganistán). “Los talibanes nos han advertido de que si votamos y encuentran a gente con tinta en el dedo tendremos problemas”, confesó un líder tribal. Los afganos están obligados a dejar la huella dactilar al acudir a las urnas, pero la tinta impregna el dedo durante tres días.