El también ex presidente de Corea del Sur fue una importante figura en la lucha por la democracia en su país y por buscar un acercamiento con Corea del Norte.

Kim, que tenía 85 años y conocido popularmente por sus iniciales "DJ", no soportó un paro cardíaco provocado por una insuficiencia masiva de sus órganos. El personal del Hospital Yonsei Severance que lo trató desde el 13 de julio, cuando fue internado por una neumonía, no intentó resucitarlo.

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"Elegimos dejar que el fallecido se fuera en paz", dijo el jefe del hospital, Park Chang-il, en una rueda de prensa.

La noticia sobre su muerte provocó una oleada de condolencias, incluso de aquellos que no comulgaron con el modo en que lidió con Corea del Norte, que desde hace décadas es un factor desestabilizador para la cuarta mayor economía de Asia.

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"Hoy perdimos a un gran líder político. Sus logros y aspiraciones para alcanzar la democratización y la reconciliación intercoreana siempre serán recordados por nuestro pueblo", dijo el presidente conservador Lee Myung-bak en comentarios emitidos por su oficina.

Ex prisionero político y condenado a muerte por uno de los primeros gobiernos militares que dominó el país, Kim fue elegido presidente en diciembre de 1997, una victoria que marcó la primera ocasión en Corea de Sur en la que una figura de la oposición llegó al poder.

Kim fue el arquitecto de la "Política de la sonrisa", su idea para hacer avanzar a Pyongyang con la promesa de incentivos y de reducir la complejidad de una eventual reunificación a través de la integración económica, por la cual fue galardonado con el premio Nobel de la Paz.

Internacionalmente, Kim es mejor recordado por su histórico apretón de manos y abrazo con el líder norcoreano Kim Jong-il en junio del 2000, en la primera cumbre de este tipo en la dividida península.