Hace unos días, en un cruce de la ciudad había una señal de “Prohibido virar en U” y, al respecto, cometí una infracción al no acatar la señal.

Sin ánimo de sacarme la culpa, dos conductores antes que yo también hicieron lo mismo, pero cuál fue mi sorpresa: un vigilante que estaba en la otra cuadra me hizo señas para que yo parara.

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Le pregunté al vigilante por qué no paró a los otros dos carros. Me dijo que “¡eran del Estado!”, lo cual fue mentira. Tengo la foto de estos captada con mi teléfono celular. Y si hubieran sido, ¿qué?, ¡ellos deben ser los primeros en obedecer la ley! Eran una camioneta de constructores y un 4x4 lujoso. Como soy mujer y ando en un vehículo viejito, quizás por eso se atrevieron conmigo.

¿Qué se hace en estos casos? Me fui.

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Con la foto que yo tomé iré a la Defensoría del Pueblo y pagaré la multa, si fuera el caso; aunque con la discusión no me multaron y siguieron virando más carros.

¿Qué le pasó al vigilante de tránsito?, ¿el 4x4 tiene superioridad a un vehículo viejo como el mío?

Cuando suceden estas cosas acepto mi culpa, pero no sé qué pensar en ciertos casos así, si es culpa de la Comisión de Tránsito del Guayas  (CTG) por no dar una buena capacitación a vigilantes y conductores; o si es culpa de nosotros mismos que nos volvemos prepotentes ante las injusticias del diario vivir. No quiero ni pensar en cómo serán en casos de injusticias mayores.

Hace un mes la grúa se llevó mi carro, según ellos por estar mal estacionado en el centro. No discutí, fui al canchón y pagué la multa correspondiente.

Por último, quisiera saber por qué pululan en calles vigilantes para sacarnos plata, pero cuando de verdad se los necesita, no aparecen. Un taxista rompió el espejo lateral de mi carro al rebasarme, ¿dónde estaban entonces?; y así puedo contar algunas cosas más.

Eva T. de Caicedo,
Guayaquil