Rodrigo Ceballos no puede borrar de su memoria una instantánea. La de su hijo, Norman Rodrigo, de 22 años, suspirando por Nayara, su primogénita. El sábado pasado, antes de salir con su hermana Estefanía, de 19, a la discoteca Aqua Barra, el joven hincó sus codos al filo de la cuna y se despidió de la bebé de apenas 14 días de nacida.
La escena no volverá a repetirse. Norman falleció horas después, la madrugada del domingo. Le asestaron tres puñaladas, dos en el tórax y una en el cuello. No pudieron salvarlo. Tenía una gran hemorragia y estaba en paro cardiorrespiratorio, reza el parte médico.
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Este joven quiteño que siempre soñó con enrolarse en las Fuerzas Armadas se encontró con la muerte por defender a su hermana. El lunes pasado, tras diez días de permiso por paternidad, debía retornar a la Brigada de Caballería en Zaragoza donde se encontraba destinado como soldado. Era su última noche en Madrid. Solo quería divertirse. Con las luces del alba, según el relato de su padre, los jóvenes abandonaron la discoteca. Se acercaron a un cajero para retirar dinero y tomar un taxi. En ese instante, otros muchachos se dirigieron a Estefanía con frases soeces. “Qué te pasa, es mi hermana”, les increpó Norman. Los individuos se marcharon pero, a los pocos minutos, regresaron armados. Hirieron a Estefanía en la pierna y mataron a Norman.
La tragedia volvió a casa de la familia Ceballos-Yépez. Ocho meses atrás perdieron a otro hijo. También militar. Murió atropellado en EE.UU.
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Norman creció en el barrio de la Quito-Sur. Con once años llegó a Madrid. Adquirió la nacionalidad española y apostó por la vida castrense. Él, su padre y su abuelo se educaron en el colegio de la Policía. “De ahí viene el gusto por el ejército”, dice su papá abrazado a un retrato del quiteño vestido de militar.
La familia pide justicia y está empeñada en defender el honor del joven. “No tenía antecedentes penales, si así fuera no habría ingresado al Ejército”, insiste su padre ante las informaciones que han circulado en los medios de comunicación. Los agentes matizan: “el joven tenía antecedentes policiales no penales; es decir, fue interrogado en alguna ocasión por la Policía, pero no hay una sentencia condenatoria, simplemente pasó por comisaría”.
El mismo día de la agresión, los agentes detuvieron a un joven ecuatoriano alias El Muñeco, quien ayer pasó a disposición judicial tras prestar declaración en dependencias policiales como uno de los presuntos autores del asesinato. El arrestado tenía antecedentes por robo con fuerza, violencia e intimidación y por agresión sexual. Desde hace dos semanas, estaba en libertad provisional a la espera de que se celebrara su juicio por un delito sexual.
Según la prensa local, el individuo pudiera pertenecer a la banda del violador del madrileño Parque del Oeste que fue arrestada a fines de septiembre del 2007. El grupo, liderado por un boliviano de 18 años, abordaba a parejas de 18 a 25 años en zonas solitarias. Mientras unos intimidaban al chico con cuchillos de grandes dimensiones, otros violaban a la mujer. Fuentes de la Jefatura Superior de Policía, confirmaron a este Diario que los agentes del Grupo VI de Homicidios siguen las indagaciones para identificar a otros implicados en el suceso.
La Secretaría Nacional del Migrante (Senami), por su parte, estudia varias vías de apoyo a la familia. Estas apuntan a financiar el costo del nicho donde será enterrado (los gastos de traslado y velatorio corren a cargo de las Fuerzas Armadas españolas) y a brindar orientación jurídica. La entidad también analiza la posibilidad de ofrecer ayuda a la pareja del joven fallecido, Vanesa Heredia, y a Nayara, su primogénita.
Detalles: Sepelio
Carrera militar
Norman Rodrigo llevaba solo diez meses en el Ejército español. Estaba destinado en la Brigada de Caballería de Zaragoza. Iba a participar en una misión en el exterior. Ayer, durante todo el día, los familiares del joven velaron sus restos. Hoy es el entierro en el cementerio madrileño de San Lorenzo, a las 16:00.