A puro corazón y con un juego firme y sin fisuras, Estudiantes de La Plata logró el título de la Copa Libertadores al poner de rodillas, en su propio feudo, al Cruzeiro de Brasil y pasar a la historia como el primer equipo en atrapar el cetro tras venir de la fase de repesca.

Treinta y nueve años después de aquel histórico tricampeonato que ganó entre 1968 y 1970, los Pincharratas volvieron a dar la vuelta olímpica de la manera más deseada: en Brasil, con todo un estadio en contra y después de ir perdiendo.

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Luego de estar en desventaja con gol de Henrique y ante un Mineirao con más de 65.000 personas, Estudiantes se llevó la Libertadores en la noche del miércoles al vencer 2-1, con goles de Gastón Fernández y Mauro Boselli, con perfectos pases de su gran figura Juan Sebastián Verón. El partido de ida en La Plata terminó 0-0.

Por eso ayer la prensa argentina le dedicó sus máximos elogios. Estudiantes se consagró con “fútbol y coraje”, tituló el diario Clarín. “Tuvo una virtud saliente: jugó con mucha serenidad. Confiado en su potencial, tuvo tranquilidad para no dejarse arriar por el Cruzeiro y personalidad para hacer pie en un escenario hostil”.

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“Encontrar las palabras justas para explicar tanta alegría, tanta pasión, tanto honor, tanta historia”, es realmente imposible, agregó el deportivo Olé.

Diario Popular destacó que el conjunto argentino fue un campeón espectacular. “Viajó hasta Belo Horizonte a exponer el resto del espíritu que le quedaba y así jugó la final: a corazón abierto”.

A nivel individual, los principales elogios se los llevó la Brujita Verón, que ganó el mismo trofeo que su padre, Juan Ramón, en 1968, 1969 y 1970.

‘¡Viva Verón!’, tituló Olé. ‘Verón ya era un crack y ahora es leyenda’, destaca Clarín.

“Esto es para los que me quieren y para los que no me quieren; que disfruten la copa”, declaró tras el partido Verón, a quien le dieron el trofeo como el mejor jugador de la final.

Boselli, quien desembarcó en Estudiantes harto de estar en Boca Juniors a la sombra de Martín Palermo, es otro que se llevó las palmas, además, un cheque de la organización por 30.000 dólares por haber sido el máximo artillero de la copa con ocho goles, incluyendo el de la victoria ante Cruzeiro.

“Esto es soñado, ganar la copa, ser el goleador... Somos merecidos campeones, esto es incomparable”, dijo Boselli.

Estudiantes fue recibido ayer por más de 50.000 personas en Buenos Aires y luego por otros cientos de miles en La Plata.