El argentino Estudiantes y el brasileño Cruzeiro empataron 0-0 la noche de ayer, en un discreto partido de ida por la final de la Copa Libertadores, jugado en el estadio Ciudad de La Plata, de Argentina.

Con este resultado, el conjunto brasileño será campeón si gana en el desquite que se jugará el próximo 15 de julio en el Mineirao de Belo Horizonte, mientras que un empate a cero forzará los penales, y una igualdad con goles le dará el título a Estudiantes.

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Como se esperaba, Estudiantes intentó atacar desde el comienzo a Cruzeiro, pero se encontró con una fuerte resistencia del equipo visitante, que se agrupó muy bien y no le dio espacios.

Con una estructura muy consistente, el conjunto brasileño intentó cortar los circuitos del ataque local, y lo consiguió en la media cancha al cerrarle el margen de maniobras al habilidoso Juan Sebastián Verón, el ‘cerebro’ de Estudiantes.

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Dentro de ese panorama, al León platense le costaba bastante generar juego, y dependía mucho de la conducción de Verón para crear peligro, y tuvo justamente su primera ocasión con un gran tiro libre que desvió el arquero Fabio con mucho esfuerzo.

Enseguida, el portero brasileño volvió a lucirse al tapar a puro reflejo un bombazo de Enzo Pérez desde corta distancia, tras una buena combinación con Gastón Fernández por el sector derecho.

Decidido a rescatar un resultado positivo de su paso por La Plata, Cruzeiro pareció haber aprendido la lección que le significó la dura caída en este mismo estadio (0-4) durante la ronda de grupos de la Copa.

Por eso, esta vez dispuso un andamiaje de juego corto, con las líneas más cercanas y mucho despliegue para ahogar los intentos locales.

El cero prolonga el suspenso una semana más, ahora con la mudanza a Belo Horizonte, donde Cruzeiro asumirá el protagonismo, aunque no deberá confiarse de Estudiantes.