El pasado miércoles, a las 14:30, Manuel Saquisilí limpiaba su cocina y ordenaba para el día siguiente las ollas, vasos, refrescos, snacks y confitería que vende a diario a los trabajadores de la estación de la Nariz del Diablo y a los mochileros que llegan a pie hasta el lugar.
Este habitante de la cercana comuna de Nizag, perteneciente a la parroquia Pistishí, asegura haber aprendido a preparar comida europea y a “defenderse” en el idioma inglés tras haber vivido siete años en Bélgica e Inglaterra; es el único habitante que tiene un pequeño negocio de comida en el sector.
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Él aspira a que con la inauguración de la nueva estación vuelvan las oportunidades de trabajo, pues hace dos décadas sus habitantes emigraron a otros lugares para subsistir.
Tras su retiro quedaron ruinas de lo que fueron sus casas de adobe, ladrillo y madera. Con el paso de los años refundaron el nuevo poblado de Pistishí en la comunidad de Tolte, a unos tres kilómetros cuesta arriba, donde desarrollan labores agrícolas.
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Ahora Saquisilí y vecinos de otras comunidades como Nizag, Bugnay y Boliche esperan que la Empresa de Ferrocarriles Ecuatorianos (EFE) les dé oportunidades para el desarrollo social.
Para ello, Freddy Cabrera, gerente de la Regional Sur de EFE, indica que, en efecto, a mediano plazo habrá procesos de capacitación para que las comunidades se involucren en actividades de turismo con la venta de artesanías, guianza comunitaria y otras actividades.
Cabrera considera que para cumplir ese objetivo mantendrán reuniones con los dirigentes de comunidades asentadas en la zona para dar a conocer el proyecto turístico.
Actualmente los moradores adecuaron la vieja iglesia frente a la Nariz del Diablo para convertirla en un museo donde mostrarán a los visitantes las antigüedades de sus ancestros.
El tren
REHABILITACIÓN
Según la EFE, en el 2012 se rehabilitará el ferrocarril con un presupuesto de $ 200 millones. En el país hay 96 estaciones, 11 locomotoras a vapor y 9 a electrodiésel, y 7 autoferros.