Tras la condena de Bernard Madoff a 150 años de cárcel por el mayor fraude de la historia, sigue sin respuesta el paradero de miles de millones de dólares que robó, en una estafa que causó quiebras y suicidios.

De $ 65.000 millones que totalizaría la estafa, los fiscales solo identificaron $ 13.000 millones y la liquidación de bienes recuperó $ 1.200 millones.

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Cuatro yates, un penthouse en Manhattan, mansiones en Florida y Francia, el piano Steinway, relojes y alhajas representan un monto ínfimo.

Entonces, ¿quién embolsó el resto de esa descomunal suma de dinero que supera el PIB de muchos países?

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Según el investigador forense Roger Siefert, puede haber ido “a los bolsillos de los familiares de Madoff, para uso personal o para sus negocios”, lo que permitiría recuperar cantidades significativas, o está en manos de los primeros inversionistas.

La estafa de Madoff fue un fraude piramidal en el que ofrecían, desde 1979, inversiones con rentabilidad inusualmente alta y financiada con los fondos de los inversores más recientes, pero el negocio cayó con la crisis financiera del 2008, dejando a miles en la miseria, pero los primeros clientes de Madoff se beneficiaron durante años.