QUITO.- La tragedia que ocasionó la explosión de la Brigada Blindada Galápagos, ubicada en la ciudad de Riobamba, quedo sin culpables, luego de que la Segunda Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), presidida por Luis Abarca, archivó la causa.

El trámite de este caso caducó en la presidencia de la anterior Corte Suprema de Justicia, cuyo titular era en ese momento Roberto Gómez Mera.

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En su providencia del pasado 27 de febrero los jueces Abarca, Raúl Rosero y Máximo Ortega justifican su resolución en el hecho de que el juicio prescribió por falta de trámite, dentro de los cinco años con los que se sanciona el homicidio inintencional, delito con el que fueron acusados varios altos oficiales de las Fuerzas Armadas.

Entre los acusados estuvo el entonces jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., Óscar Isch; el ex comandante del Ejército, Norton Narváez; y, el ex jefe de la Brigada Blindada, Roberto Drouet. Los oficiales fueron liberados de culpa en el dictamen de la Fiscalía presidida por Cecilia Armas.

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El magistrado de la ex CSJ, Roberto Gómez, en agosto del 2008 avocó conocimiento de la causa y autorizó la entrega de copias del expediente, pero no se pronunció sobre el dictamen fiscal. El proceso, a la fecha de la prescripción tenía seis años y tres meses de trámite.

Tragedia
El estallido del polvorín, ocurrido el 20 de noviembre del 2002, dejó once personas muertas, cientos de heridos, daños psicológicos en la población y cuantiosas pérdidas materiales, tras el incendio que se produjo en los hangares 78 y 79.

En ese momento se realizaban trabajos de mantenimiento de municiones de artillería de 155 milímetros, por parte de técnicos de la fábrica de municiones Santa Bárbara.

Según el Comité Ciudadano que se conformó en solidaridad con las víctimas luego de la tragedia, lo ocurrido en Riobamba fue un desastre anunciado porque la Brigada, ubicada en el centro de la ciudad, era el mayor arsenal bélico del país.