AP
MADRID.- El cooperante español Vicente Ferrer, creador de una gran fundación para el desarrollo de las clases más desfavorecidas de la India, falleció este viernes a consecuencia de una parada cardiorrespiratoria. Tenía 89 años.

"San Vicente Ferrer", como se le conocía en España, murió en la localidad india de Anantapur, según informó el sitio en Internet de su fundación. Deja viuda y tres hijos. Su estado de salud era muy delicado desde hacía un mes, cuando sufrió una embolia cerebral.

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Ferrer será enterrado en la India.

"Era un santo que acogió a los más pobres de entre los pobres para darles bienestar y desarrollo. Será recordado por toda la gente de Anantapur", dijo N K Singh, un responsable de policía en la región de Anantapur.  Les dio una buena educación y un modo de vida, especialmente a las clases más débiles y a la casta de los dálits o intocables.

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Ferrer nació en Barcelona en 1920. En su juventud, ingresó en la orden católica de los jesuitas y en 1952 fue enviado como misionero a Mumbai para completar su formación espiritual. Allí trabajó mano a mano con los más pobres hasta 1968.

Un año después regresó a la India y se instaló en Anantapur. Entonces, decidió abandonar la Compañía de Jesús y fundó junto a su futura mujer, la británica Anne Perry, la Fundación Vicente Ferrer.

La gran organización ideada por Ferrer articuló un pionero sistema de proyectos de desarrollo integral basado en seis áreas de trabajo: educación, vivienda, mujer, sanidad, ecología y personas con discapacidad.

En la actualidad, este programa se extiende entre 2.287 pueblos y beneficia, según la fundación, a dos millones y medio de personas de las comunidades dálits o intocables y de los grupos tribales y otras castas desfavorecidas del país.

"En un día tan triste como el de hoy, en el que lloramos la pérdida de un gran hombre, recogemos también el testigo y el legado que nos deja para continuar con su labor a favor de los grupos de población más desfavorecidos", señaló Jordi Folgado Ferrer, director general de la Fundación.

En España, donde miles de personas apadrinan a niños de esta organización, la muerte de Ferrer provocó un gran impacto. Para muchos fue un santo en vida, y en ciudades como Madrid, el ayuntamiento puso el nombre de Vicente Ferrer a una de sus calles hace varios años.

"Tengo muy claro que ninguna acción buena se pierde en este mundo. En algún lugar quedará para siempre", dijo Ferrer en vida, en una de sus reflexiones más recordadas.

Entre otros reconocimientos, el cooperante recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia y la Gran Cruz del Mérito Civil del gobierno español.