Cartas, fotos, libros, afiches u objetos que pertenecieron a las víctimas de la dictadura en Chile o que las evoquen serán exhibidos en el Museo de la Memoria, que abrirá sus puertas en los próximos meses para mantener vivo el recuerdo de miles de muertos y desaparecidos.

El edificio, que será construido en una superficie de 12.000 metros cuadrados, se alzará en antiguos barrios del poniente de Santiago, una zona revitalizada gracias a la transformación de maestranzas y viejos galpones en centros culturales.

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En sus salas, el museo no sólo expondrá objetos personales, material audiovisual, documentos o 'artesanía carcelaria' elaborada por detenidos políticos, sino también artefactos o instalaciones para representar la tortura a que fueron sometidos miles de chilenos durante la dictadura de Augusto Pinochet entre 1973 y 1990.

También exhibirá afiches o folletos producidos por los opositores al régimen, a la vez que creará un archivo con documentos judiciales o informes oficiales sobre detenidos torturados y desaparecidos, destinado principalmente a investigadores o estudiantes.

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"Nadie puede negar, desconocer, minimizar o banalizar la tragedia de las violaciones de los derechos humanos en Chile", exclamó esta semana la presidenta Michelle Bachelet al recibir las primeras donaciones.

"La memoria la vamos recuperando con el aporte de múltiples vestigios, relatos, para que cada cual haga su propia lectura del pasado y reflexione sobre la necesidad de mejorar nuestra convivencia, para que nunca más se repita una tragedia semejante en nuestra patria", añadió la mandataria socialista, que es hija de un general asesinado por la dictadura.

Un funcionario dijo que la propia presidenta haría donaciones al museo, como algunas cartas que le escribió su padre, Alberto Bachelet, antes de morir por efecto de las torturas. La información no fue confirmada por la dirección del museo.

El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que significará una inversión por más de 11.000 millones de pesos (unos 20 millones de dólares), será inaugurado en noviembre, cuatro meses antes que Bachelet deje su cargo.

El nuevo centro será un edificio amplio y con extensas superficies de vidrio para el paso de la luz. Tendrá además una explanada a su costado y espacios para dictar charlas o mantener reuniones.

"La memoria es un patrimonio fundamental de los países y la idea de este museo es darle visibilidad a las violaciones sistemáticas a los derechos humanos por parte del Estado", dijo la directora ejecutiva del museo, Marcia Scantlebury.

"Hay que aprender lecciones del pasado y es esperanzador pensar que alguien pueda aprender de este museo", agregó.

Chile ya tiene museos de sitio sobre este tema como Villa Grimaldi, una cárcel secreta en Santiago donde también estuvo prisionera la presidenta Bachelet antes de partir hacia el exilio.

Un informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura conocido a fines de 2004 estableció que unos 28.000 chilenos fueron sometidos a torturas y detenciones, mientras 3.000 están muertos o desaparecidos.

Augusto Pinochet, que encabezó el régimen con mano dura, fue procesado por causas vinculadas a los derechos humanos pero murió en diciembre de 2006 sin recibir ninguna condena.