Eduardo Barragán fue acusado formalmente la tarde del viernes ante el juez de la Corte Criminal de Long Island, Robert A. Bruno, del asesinato de su madre, Kay Barragán, quien falleció el miércoles en su domicilio a consecuencia de los golpes que recibió de su hijo.

La esposa del empresario ecuatoriano, quien había contribuido a fundar en 1976 lo que fue un próspero negocio de venta de colchones, fue encontrada sin vida en la residencia que ocupaba con su hijo Eduardo, en Searingtown, Long Island. Este fue apresado en una de las habitaciones como sospechoso del crimen y conducido al hospital Nassau University Medical Center por trastornos de su salud.

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La formalización de la acusación se cumplió en la unidad de cuidados intensivos de dicho hospital. El presunto homicida, quien padece esquizofrenia desde hace 19 años, se hallaba en una cama con la indumentaria propia de los pacientes y debió ser despertado por un psiquiatra. Barragán mantuvo sus ojos cerrados durante la audiencia y solo atinó a preguntar: ¿Qué día es hoy?

Su abogado defensor, Andrew A, Monteleone alegó que su cliente es inimputable debido al trastorno psíquico que padece.

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La víctima y su hijo habían sostenido una discusión el martes en la noche, lo que parece haber derivado en la agresión a la mañana del día siguiente.

El informe del médico forense dictaminó que Kay Barragán, guayaquileña, de 65 años,  se desangró por los severos traumatismos y heridas.

El presunto asesino permanecerá detenido en el hospital, sin derecho a fianza.

Golpes
Según la Policía, Eduardo Barragán golpeó a su madre con objetos contundentes.

Negocio
La empresa de colchones de los Barragán llegó a facturar hasta 170 millones de dólares anuales.