El Gobierno boliviano anunció que enjuiciará al periodista húngaro Andreas  Kepes, por ocultar durante siete meses la entrevista que hizo al presunto líder de una banda ‘terrorista’ que, según las autoridades, planeaba atentar contra la vida del presidente Evo Morales.

En la entrevista, realizada en septiembre del 2008 y transmitida por la televisión húngara días atrás, el boliviano-croata Eduardo Rozsa Flores afirmaba que iría a Bolivia para apoyar un intento de secesión del departamento de Santa Cruz.

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El viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenti, lamentó que el periodista húngaro haya guardado “un silencio cómplice” y advirtió que según las normas internacionales “quienes encubran situaciones que tienen que ver con actos de terrorismo, deben ser procesados y sancionados”.

Según declaraciones del periodista, Rozsa lo contactó y le pidió que lo entrevistara pero que el encuentro quedara “en secreto, porque él iba a Bolivia y quería decirme el motivo. Porque si él después se moría, quería que quede algo concreto que pueda demostrar su motivación original”.

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El supuesto comando terrorista fue desarticulado la semana pasada en Santa Cruz en una operación policial donde murieron Rozsa Flores, el rumano-húngaro Arpad Magyarosi y el irlandés Michael Dwyer.

Otros dos miembros del grupo, el húngaro-croata Elot Toazo y el boliviano Mario Tadic  fueron detenidos en la misma operación, descrita como “enfrentamiento” por el Gobierno y denunciada como “ejecución” por sectores de oposición en el país sudamericano.

Control a juegos
El ministro de Educación, Roberto Aguilar, dijo que se deben controlar los juegos de guerra como el paintball y el airsoft, porque inducen a la violencia. Jugadores de airsoft fueron acusados erradamente de terroristas esta semana por el Gobierno.