Llegan como visitantes a hospedarse, pero de sus maletas sacan armas de fuego para asaltar a turistas y empleados de los centros de alojamiento a orillas del mar, en la costa sur de Manabí, cantón Puerto López.
La tranquilidad que caracterizaba a estos balnearios se volvió zozobra a partir de diciembre pasado, cuando aumentaron los robos. La primera hostería afectada fue La Tortuga, ubicada en el sitio Ayampe de la parroquia Salango. Un grupo de individuos llegó al lugar en busca de habitaciones, pero ya en el interior amedrentó a los empleados y clientes para llevarse hasta los televisores de las cabañas construidas con madera y techo de paja.
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A los turistas alojados les quitaron cámaras fotográficas, dinero y otras pertenencias. El robo, que ocurrió el 31 de enero pasado, fue masivo, pues en esa misma noche asaltaron la hostería Cantalapiedra, situada en Cinco Cerros, en el límite con la provincia de Santa Elena.
En esa ocasión, los asaltantes se sustrajeron las pertenencias de los turistas y empleados.
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Pero en un segundo robo, acontecido en marzo pasado, el hecho ilícito dejó más pérdidas, ya que los ladrones tuvieron tiempo para desvalijar las habitaciones, por lo que el dueño del centro de alojamiento se vio obligado a cerrar la hostería.
Otros dos intentos de asalto se dieron en las hosterías Atamary y Alándaluz, localizadas en la misma área, pero los guardias de seguridad frenaron el ingreso de los delincuentes.
Ante los robos, los hoteleros y pobladores formaron la Red de Seguridad Ciudadana del sur de Manabí y norte de la provincia de Santa Elena, porque centros de alojamiento de Montañita y Olón también están afectados por la inseguridad, según Jorge Salazar, secretario ejecutivo de la organización.
La idea es coordinar acciones en conjunto con la Policía para garantizar la seguridad a los visitantes. Tras las primeras pesquisas policiales se determinó que se trata de una organización delictiva que acecha los centros de alojamiento instalados en poblaciones costeras con poca población, donde no hay policías ni marinos.
Ellos también serían los responsables del incremento de los robos a los pasajeros en los buses que cubren la ruta turística. Para escapar utilizan los caminos de tierra veraneros que fueron habilitados en este invierno por la falta de lluvias.
“Creemos que con los refuerzos realizados en Manta y Guayaquil la delincuencia se vino a esta zona, pero la ciudadanía está dispuesta a colaborar para que Puerto López siga siendo considerado como una isla de paz”, refiere Salazar.
El tramo más afectado en Manabí está entre las poblaciones de Salango y Ayampe. La Policía no cuenta con un espacio físico para albergar a uniformados, por lo que poblaciones como Las Tunas, Puerto Rico y Río Chico están desprotegidas.
En el cantón Puerto López hay quince policías asignados, que se concentran en la cabecera cantonal y Machalilla.
Ellos se movilizan en dos patrulleros. La parroquia Salango cuenta con dos uniformados que se trasladan en una moto y no tienen equipos de comunicación. Mientras que en Las Tunas hay otros tres que ocupan una habitación de la casa comunal, pero no tienen en que movilizarse.
“Los policías que laboran en esta zona viven en sitios que la población les facilita, pues solo hay dos destacamentos, en Puerto López y Machalilla”, según Maritza Mendoza, microempresaria hotelera de Las Tunas. El Municipio de Puerto López se comprometió en marzo pasado a facilitar un vehículo para que los policías hagan operativos en la ruta, pero aún no se concreta la oferta.
Cifra
Cobertura
1 POLICÍA por cada 1.300 habitantes hay en el cantón Puerto López.