El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo ayer que los cuerpos de seguridad de su país abortaron un plan de magnicidio, tras enfrentarse y abatir a tres supuestos mercenarios internacionales en Santa Cruz.

Morales explicó que informaciones de inteligencia habían advertido de la llegada de un grupo de mercenarios para atentar contra él y el vicepresidente Álvaro García Linera, con “bombas y armamento sofisticado” y acusó a la oposición de estar detrás de un supuesto atentado a su persona.

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“Me informan que ha habido una balacera, un tiroteo de media hora en un hotel de la ciudad de Santa Cruz donde han caído tres extranjeros, dos detenidos”, dijo a su llegada a Venezuela para participar en una cumbre de la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA).

El jefe de la policía boliviana, Hugo Escobar, confirmó que tres supuestos “terroristas”, dos de ellos húngaros y otro boliviano, murieron en el enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.

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“En Bolivia el año pasado la derecha intentó sacarme con el voto del pueblo en el referéndum revocatorio, fracasaron. Después intentaron un golpe de Estado civil, y también fracasaron. Ahora estaban planificando acribillarnos, están fracasando”, acusó Morales, quien también dijo que habría croatas e irlandeses en el grupo.