Llorando... descalza... así llegó a las seis de la mañana Leonor Basilio a la iglesia Cristo del Consuelo para participar de la tradicional procesión de Viernes Santo, mientras empujaba la silla de ruedas de su hija, Lissette Tomalá, de 16 años, quien sufre una extraña enfermedad que no le permite caminar desde hace cinco años.

“Haré la procesión sin zapatos. Vengo de Flor de Bastión por primera vez, porque he escuchado de los milagros de Cristo del Consuelo, tengo fe que mi penitencia sanará a mi niña”, enfatizó Leonor, al tiempo que sobaba y besaba la cabeza de su hija.

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Lissette, quien llevaba traje blanco, se mostraba serena; sin embargo, reflejaba en el rostro la tristeza  que le ha causado esta enfermedad, que los médicos aún no pueden diagnosticar y que entre otros síntomas presenta fiebre y convulsiones.