Quizás Morales "esté un poquito gordo y su ropa de $ 1.500 no le
queda y por eso (hace) la huelga", opinó Carlos Dabdoub, alto
funcionario de la prefectura de Santa Cruz, bastión de la oposición
política a Morales.
La oposición de Bolivia calificó este jueves de "gordo" al presidente Evo Morales, quien inició una huelga de hambre para presionar al Congreso y apruebe una ley electoral, en alusión al reproche que el propio Morales le había hecho recientemente a su par peruano, Alan García, por su "mucha gordura".
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El ex presidente derechista Jorge Quiroga, muy proclive a los juegos de palabras, ironizó que luego de "dos fiascos (amenazas de cerco campesino al Congreso y de renuncia de parlamentarios) ahora entramos en la desesperación de la dieta presidencial".
"El país no aguanta ni tolera cercos ni circos ni (Fidel) Surcos", abundó en alusión al dirigente campesino que ordenó inicialmente el asedio al Parlamento para presionar a los senadores para que aprueben la ley electoral que guiará las elecciones generales de diciembre.
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La diputada opositora Lourdes Millares no se abstuvo de referirse a la estética presidencial: "es bueno que el Presidente haga dieta", atacó.
Otro legislador opositor de centroderecha, Arturo Murillo, se refirió también a la gordura de Morales y remachó que en lugar de hacer una huelga de hambre "de una vez nos pongamos a trabajar".
La prefecta de Chuquisaca, Savina Cuéllar, que de aliada devino opositora, dijo que Morales "hace ayuno por Semana Santa por todo lo que ha hecho" en su gobierno.
La alusión al peso corporal de Morales tiene su origen en un cruce de palabras que tuvo en marzo con Alan García, a causa del tema marítimo boliviano.
"Tal vez la mucha gordura le está afectando y no está bien informado", sostuvo Morales respecto de García.
En junio del año pasado también declaró que el mandatario peruano "estaba más gordo y menos antiimperialista".