“Podrán imitarnos, igualarnos jamás”, dice la inmensa bandera amarilla con letras azules que exhibe como estandarte supremo la hinchada de Boca Juniors. Es una síntesis perfecta de la colosal gravitación que ha tenido en la historia boquense su público. Y más abajo, al pie de la tela va estampada la firma: “el jugador número doce”, ese mítico y abstracto combatiente, una fuerza adicional que tantas veces impulsó al equipo a la victoria.