El financista estadounidense Bernard Madoff amaneció ayer en una celda de Manhattan en lugar de su lujoso apartamento, en el mismo sector, mientras sus víctimas esperan que los investigadores descubran a sus cómplices del fraude de más de 60.000 millones de dólares y quizá algo de su dinero antes de que se dicte sentencia el 16 de junio próximo.