En su primera cita para conseguir empleo en Guayaquil, Daniel Livo, un bachiller noboleño de 16 años, tenía claro que no podía presentarse con una imagen informal. Por eso, cambió los jeans por un pantalón de vestir y su camiseta por una camisa, manga corta, pero formal. También se quitó el arete que desde hace un par de años lleva en la oreja izquierda.