Muchos de los trabajos a los que acceden los nuevos bachilleres pueden estar al margen de la ley, advierten Roberto Villacreses, investigador del Instituto de Economía y Política (IEEP), y Luis Poveda, asesor laboral de las cámaras de la producción de Guayaquil.
“Les pagan como servicios prestados, en muchos negocios no entran en la contabilidad de la empresa”, dice Villacreses al explicar que los empresarios en su mayoría no los afilian al Seguro Social, no los contratan hasta asegurarse un periodo de prueba en el que los graduados demuestren que pueden cumplir con el volumen de ventas que se les exige al mes.
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Según la legislación laboral ecuatoriana, todo empleado debe ser afiliado. “El empleador debe dar aviso del trabajador que ingresa, de lo contrario es objeto de una multa”, señala Luis Poveda, experto legal.
No obstante, empleados nuevos, como la bachiller Katherine Soledispa, trabajan sin tener estabilidad ni beneficios que por ley les corresponden.
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Los padres, recomienda la socióloga Jacqueline Saint Albin, deben guiar a los hijos para que analicen bien las propuestas laborales que hay en el mercado y no acepten por desesperación un trabajo al margen de la ley.
“Los padres nunca deben perder la responsabilidad que tienen de los hijos”, aconseja la socióloga Saint Albin.