El ex emisario de Francia en Colombia, encargado del caso Íngrid Betancourt, Noel Sáez, dijo ayer que la ex rehén franco-colombiana había sido ingrata, tras su liberación, con él y con su homólogo suizo Jean-Pierre Gontard.

“No hubo la más mínima señal, ningún encuentro, ninguna llamada. Ella fue ingrata, después de su liberación el 2 de julio del 2008 por las fuerzas especiales colombianas”, explicó Sáez en una conferencia de prensa con motivo de la publicación de su libro L’émissaire, en el que se refiere al caso Betancourt y a su vida de diplomático en América Latina.

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“Arriesgué mi vida por Íngrid Betancourt. Ella ha dado la vuelta al mundo para darles las gracias a los grandes de este planeta, al Papa, al Presidente y a otros, pero se ha olvidado de algunos, de los más pequeños, los más expuestos, los que han tomado más riesgos”, añadió.

 Tras el secuestro de Betancourt el 23 de febrero del 2007, Noel Sáez, de 67 años, ex militar convertido en diplomático, actualmente jubilado, así como Gontard, negociaron en nombre de Francia, España y Suiza, con miras a obtener “un acuerdo humanitario” para intercambiar los rehenes considerados ‘políticos’ contra unos 500 guerrilleros encarcelados.

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Bogotá puso fin a su misión tras la liberación de Íngrid Betancourt, al afirmar que ya “no confiaba” en ellos.