Como si de una avalancha se tratara, la crisis económica se está llevando por delante a un número muy elevado de trabajadores a la lista española del desempleo, que solo en un año se ha incrementado en un millón de personas.

Con casi 3,5 millones de desempleados en febrero, España paga la mayor parte de la factura de la crisis económica y financiera en desocupados, cuyo exponente más amargo podría alcanzarse a mediados de este año con cuatro millones de “parados”, después de que el Gobierno desechara reiteradamente esa posibilidad.

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El Ministerio de Trabajo e Inmigración dijo ayer que en febrero el desempleo aumentó en 154.058 personas respecto al mes anterior a un total de 3’481.859 desempleados. “Llegaremos a cuatro millones en el tercer trimestre aproximadamente, en el verano (boreal) podemos llegar, o inclusive al final del segundo (trimestre). Antes pensábamos que al final del año, pero los datos van peor de lo esperado”, dijo el analista económico Ángel Laborda.

El Poder Ejecutivo español, que en varias ocasiones ha expresado que el desempleo es su principal preocupación en este escenario de recesión económica, enviará al Consejo de Ministros del viernes seis nuevas medidas coyunturales encaminadas a favorecer el mantenimiento del empleo y protección de los empleados.

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Expertos dijeron que un efecto especialmente preocupante de la crisis económica sobre el mercado laboral español consiste en su amplio impacto sobre todos los sectores de la actividad. “Es preocupante la extensión del desempleo. El aumento del paro primero se detectó en la construcción, después en la industria y ahora en los servicios”, anotó Xavier Segura, director del servicio de estudios de Caixa de Catalunya.

El Gobierno y los agentes sociales están debatiendo una reforma del mercado laboral español en el proceso conocido como “diálogo social”, pero un obstáculo que ahora parece insalvable es el abaratamiento del despido que enfrenta radicalmente a sindicatos y patronal.

Los sindicatos, que han amenazado con una huelga general si se recortan los derechos fundamentales de los trabajadores, han encontrado respaldo del Gobierno que no está dispuesto a tomar medidas que impliquen despidos más baratos.

En tanto, en EE.UU., la Reserva Federal (Fed) reveló ayer un programa que apunta a dar mayor acceso al crédito a consumidores y empresas pequeñas. La Fed lanzó una línea de crédito de $ 200.000 millones  para alentar el consumo en los sectores automotor, de educación, tarjetas de crédito y otros.

Según la Fed, el programa generaría un billón de dólares en créditos a empresas y consumidores.