“He venido a pedir ayuda a mi país para poder continuar ejerciendo mis derechos de madre y de aquí no me iré hasta que el cuerpo consular o el Gobierno se ocupe de mi caso”. Con esta afirmación la ecuatoriana Karina Cedeño Báez, residente en Génova, llegó ayer al consulado de esta ciudad con sus vástagos de 2, 5, 7, 12 y 13 años para pedir “asilo humanitario”.