A partir de la segunda quincena de febrero se podrían presentar con mayor frecuencia chubascos o chaparrones (precipitaciones de gran intensidad, pero de duración limitada) acompañados de tormentas eléctricas y vientos fuertes.

Este fenómeno afectará principalmente a las estribaciones de la cordillera occidental de los Andes y la zona norte de la región, según se desprende del informe del VII Foro Climático que se realizó en Guayaquil el pasado martes.

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En el evento participaron representantes del Ministerio del Litoral, de la Secretaría Técnica de Gestión de Riesgos y la coordinación del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).

El informe también señala que la amenaza climática puede ser considerada hasta el momento como de carácter moderado, resaltando que debido a la alta vulnerabilidad de zonas ubicadas especialmente en las cuencas bajas, el riesgo y los impactos son amplificados.