“Ahorrar reforestando es la mejor manera de invertir el dinero cuidando el medio ambiente”, indica Alfonso Blum Guerra, quien a sus 50 años cree que es la mejor herencia que puede dejar en este momento a sus hijos y nietos.
Blum cada año compra a través de la Bolsa de Valores acciones en el proyecto denominado Siembra, porque considera que es una manera de invertir seguro ya que se ha perdido la confianza en los bancos y ha visto el proceso de desarrollo de las plantaciones.
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Este proyecto que se inició en el 2000 y entró en la bolsa con su primera empresa en el 2002, cuenta con 1.500 hectáreas de teca sembrada, en once compañías ubicadas en Balzar, Palestina y El Empalme.
Paúl Palacios, presidente de Siembra, explica que los promotores del plan aportan los recursos para mantener las plantaciones durante 20 años, una vez que la teca está sembrada, la tierra comprada y todo listo se sacan las acciones en bolsa.
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Cualquier persona o inversionista puede adquirir a través de ese organismo bursátil las acciones a un valor a la salida de $ 12 y a partir de ese momento el precio sube como consecuencia del crecimiento del bosque.
“Cuando un inversionista compra una acción es propietario de esa acción hasta que la vende. El caso de las acciones no es igual que un depósito a plazo o a aquellos proyectos donde se compran exclusivamente árboles, que tienen un plazo definido; la compra de una acción es una inversión permanente. Sus ganancias vienen del corte de la madera al año 20, pues la empresa tala la madera, la vende y reparte las ganancias (dividendos) a los accionistas, luego cada 12 años vuelve a cortar la que rebrotó; el cuidado de las plantas lo hace el proyecto Siembra, pero los accionistas pueden supervisarlo”, asegura Palacios.
La primera cosecha se hace en 20 años y las siguientes en 12 años, en este proyecto, según el directivo, se tiene una rentabilidad del 15% anual que se cobra al corte de la madera. Esa ganancia, afirma, no se recibe cada año, sino que está en el árbol hasta la cosecha y gana toda la utilidad acumulada. Así, lo va haciendo cada vez que se tala la madera; en la primera oportunidad en el año 20, y luego cada 12 años, recalca Palacios.
Indica además que en los primeros años de vida de la plantación la teca está asegurada contra incendios, pero en caso de pérdidas de la compañía, estas se comparten con los accionistas.
Jorge Cervantes Tamayo, de 39 años, empleado de una entidad en Guayaquil y que ha comprado 400 acciones en el proyecto, manifiesta que se involucró en él pensando en tener algo a largo plazo y debido a las inclinaciones ecológicas que tiene ya que también se apoya al medio ambiente.
Y aunque esperar ganancias después de 20 años no suena atractivo, Cervantes cree que puede ser su pensión jubilar.
Él espera que al final de los 20 años esté competitivo el precio de la teca.
Aunque no ha hecho cálculos, sabe que tendrá el 15% de rendimiento por año. “Creo que es una buena inversión, sé que hay un seguro forestal para el periodo de mayor vulnerabilidad de la planta”, acota Cervantes.
Precios
El costo aproximado del metro cúbico de teca está entre 300 y 350 dólares dependiendo de la calidad.
Rendimientos
Expertos dicen que una hectárea de teca puede tener un rendimiento de 300 y 320 metros³ de teca a los 20 años, y cada metro cúbico se comercializa según la cotización del momento.