Las quemaduras de la inquilina Pamela Villagómez, provocadas por las esquirlas de una bala aún no se curan. Ella y la familia Pilamunga-Arana viven en zozobra desde la madrugada del martes, cuando la casa donde habitan en la cdla. Primavera II del cantón Durán fue abaleada por desconocidos.
Doce tiros despertaron, a las 03:30, a los cuatro miembros de la familia y a sus cinco inquilinos. En el exterior hallaron los pedazos de una carta amenazadora, en la que exigen el pago de una deuda.
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“Gracias a Dios nadie se encontraba despierto a esa hora en la sala”, manifestó Delfilia Arana, dueña de la vivienda de dos pisos, ubicada en la manzana 18 de la ciudadela.
Su esposo, Simón Pilamunga, sigue desconcertado por el atentado, que pudo herir o matar a un miembro de la familia. “La puerta de la entrada y sala tienen cuatro orificios de bala, uno de ellos rebotó en el pilar de la sala”.
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Tras la agresión la familia presentó una denuncia en la Fiscalía de Durán.
Ellos reiteraron que no tienen deuda pendiente y aseguraron que los agresores se equivocaron de casa y familia.
Pablo Mora, morador del sector desde hace 26 años, dijo conocer a los Pilamunga como personas honradas que viven de su trabajo. “Cuando escuchamos los disparos pensamos que eran pandillas, pero no entendemos por qué la amenaza si esta familia no tiene problemas con nadie”, indicó.