Hoy, con el inicio del Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada, surgen enormes expectativas y varios jugadores tienen posibilidades de acercarse al número uno del ranking.
Esos aspectos hacen emocionante al torneo desde el principio. No me gusta decir quién va a ganar, pero les quiero presentar un panorama de lo que opino.
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Como aspirantes al primer lugar que ocupa Rafael Nadal veo a dos tenistas. Andy Murray, que juega con un desenfado y una intensidad impropia de lo que hemos visto en tenistas británicos, pero con una autoestima muy elevada que lo lleva a realmente creer que puede llegar. Se adapta a todas las superficies gracias a su movilidad y defensa, que inesperadamente lo convierten en un contragolpeador implacable.
Y a Roger Federer, que muestra facetas poco características en él: abierto y agresivo. Quiere volver, sabe lo que hay que hacer y desea que todos lo sepan. Eso que parecía tan fácil antes de este año se vuelve vital para sus pretensiones de ser reconocido como el mejor de todos los tiempos.
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Vamos a ver una dimensión desconocida de la grandeza del suizo y, si eso se da, quienes disfrutamos del juego elegante y sobrio, pero de ataque incesante, vamos a estar encantados de verlo.
Entre los pretendientes al primer puesto, pero no listos aún, está Novak Djokovic.
PERSONALIDAD VOLÁTIL
Aquí me la juego ya que muchos lo ven como el sucesor al trono del español, pero pienso que su personalidad volátil lo puede hacer perder el enfoque en situaciones de presión por las altas expectativas creadas alrededor de él, y con justa razón.
David Nalbandian recuperará la forma que adquirió a final de año y jugando sobre su superficie favorita será animador de cada uno de los torneos en que intervenga hasta el comienzo de la temporada de arcilla, en que su juego decae.
Jo-Wilfried Tsonga y Giles Simon son enigmas. Si el cuerpo del primero aguanta el desgaste de semanas de competencia pondrá en líos a Nadal, Federer y Djokovic, en cualquier situación.
El segundo tiene un juego fluido y su futuro depende de lo que su cabeza le indique.
Mientras, Juan Martín del Potro es una realidad que mantendrá su línea ascendente con su demoledor juego de fondo de cancha, pero debe aprender a cerrar más puntos en la net.
DOS ESTADOUNIDENSES
Marin Cilic y Ernests Gulbis son jugadores que crearán la mayor cantidad de sorpresas y podrán llegar lejos si los que están arriba no se cuidan. A estos dos se unen dos gigantes americanos: Sam Querrey y John Isner. Con potencia causarán estragos pero no suficientes como para batir a los del top ten.
James Blake, David Ferrer y Tomas Berdych tendrán un año duro. Blake estará apremiado por la velocidad de tenistas jóvenes; Ferrer puede hallarse en un hueco psicológico luego de participar en la final de la Copa Davis y Berdych no tiene claro qué quiere hacer con su tenis.
Independiente de esto Nadal, quien ha luchado y trabajado para alcanzar lo que tiene, no la tendrá fácil pero asumirá ese reto como el gran campeón que es. Si alguien podrá destronarlo tendrá que hacerlo con paciencia y potencia, que son precisamente las dos características más importantes del juego de Rafa, combinados con un corazón y una determinación pocas veces vista.