Ansiosos unos, emocionados otros, desde las 08:30 de ayer llegaron cientos de niños de 60 escuelas de la urbe para depositar rosas y claveles al pie de la tumba del escritor ambateño Juan Montalvo Fiallos, al recordar 120 años de su muerte, ocurrida el 17 de enero de 1889 en París, Francia.
El programa Una flor para Montalvo concitó el interés de estudiantes y maestros, quienes coparon la tumba de El Cosmopolita con flores multicolores y perfumadas.
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“Ahora el gran maestro no tendrá la tristeza que posiblemente le produjo la muerte, porque cuando estuvo a punto de morir pidió que le compraran unas flores para que las depositaran sobre su cadáver, al manifestar que un cadáver sin flores siempre le entristeció”, dijo Mario Mora Nieto, director de la Casa de Montalvo.
Depositar una flor en la tumba de Montalvo es parte de la veneración y respeto que los niños sienten por el escritor, porque saben que él nos dejó el legado de defender la verdad, la dignidad y los verdaderos valores, como la lucha contra la corrupción, argumentó Mora.
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El acto se cumplió en el mausoleo que se construyó para que el cadáver de Juan Montalvo sea trasladado a su ciudad natal, que se produjo el 12 de abril de 1932, al conmemorar el centenario de su nacimiento.
Cuando él falleció, sus amigos residentes en París decidieron que su cuerpo sea transportado al Ecuador, llegó a Guayaquil el 10 de julio de 1889, en donde permaneció por 43 años, antes de ser depositado para siempre en Ambato.
Los niños también tuvieron la oportunidad de mirar el cuerpo inerte de Juan Montalvo en un ataúd. Mora explicó que desde hace 120 años el cadáver del escritor es sometido cada año a un tratamiento especial de mantenimiento con personal especializado del Instituto de Patrimonio Cultural.
Argumentó que la cara y manos están cubiertas de acrílico, por lo que aseguró que se mantiene intacto y sin deterioro.
Cecilia Montero, maestra de séptimo año de la escuela Marianita de Jesús, dijo que a sus alumnas les inculca la trascendencia de los escritos de Montalvo que luchó contra las dictaduras y la injusticia.
Mauricio Muñoz, alumno de quinto año del liceo Juan Montalvo, dijo que es la primera vez que tiene la oportunidad de mirar al patrono de su plantel, de quien admira la forma en que combatió a los corruptos.