Uno de los mayores exponentes del folclore tradicional costeño falleció la tarde de ayer de un infarto mientras conversaba con el menor de sus hijos. Se trata de Guido Garay, de 87 años, quien además fue barítono y escritor.

Su incursión en el folclore litoralense se concreta por motivación de su amigo, el periodista y escritor Rodrigo Chávez González. Él fue quien lo instó a formar el Cuadro Folclórico Montubio a mediados de la década del sesenta. La primera presentación de la agrupación se realizó a fines de noviembre de 1965  en los V Juegos Deportivos Bolivarianos y estuvo integrado por cinco parejas. Su debut en un auditorio más pequeño fue en el mismo mes en el teatro Olmedo.

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El barítono, folclorista y escritor fue hijo del coronel Asisclo Garay Portocarrero, quien en su juventud lo llevó a trabajar como cajero y bodeguero en la imprenta y papelería Sucre, situada en el lado este de la calle Chile, entre Vélez y Luque.

Se vinculó a la música a sus 19 años, cuando el maestro Angelo Negri le hizo una prueba de voz y empezó a tomar clases particulares con él y luego se convirtió en solista. Su debut como barítono también fue en el teatro Olmedo.

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Además incursionó en la actuación. A sus 25 años decidió estudiar teatro en la Casa de la Cultura núcleo del Guayas con el actor Paco Villar y seis años luego fue miembro fundador del coro Ciudad de Quito.

En las presentaciones que tuvo con el Cuadro Folclórico Montubio, además de animador y presentador, interpretó El andarele, La caderona, El alza que te han visto, El amorfino, El moño, La polca y La puerca raspada. Participó en escenarios de Ancón, Chone, Jipijapa, Esmeraldas y Babahoyo. En el exterior se presentó en países como Venezuela y Colombia.

Se graduó de conscripto voluntario. Debió estar en julio de 1941, durante los días de la invasión peruana, formando parte de un destacamento en Manglaralto. Después se convirtió en licenciado con el grado de Sargento.

Desempeñó otros cargos como ayudante de Cooperativas en el Banco Hipotecario del Ecuador, ayudante de la Compañía de Construcciones, contador revisor de la Dirección General de Sanidad y fiscalizador del Impuesto a la Renta.

En Diario EL UNIVERSO publicó varios ensayos sobre la vida montubia, sus personajes, usos y costumbres, siendo los principales Proyección folclórica costeña, Común origen de los bailes hispanoamericanos, La música nacional y Bailes tradicionales ecuatorianos.

El tenor Ángel Oyola, quien actuó con Garay, menciona que “fue un artista multifacético”. “Siempre se destacaba con su voz. Era un amigo de verdad, muy sincero, agradable, que en medio de su carácter alegre era responsable”, agrega.

Wilman Ordóñez, director de la compañía de danzas Retrovador, indica que se fue el máximo exponente del arte montubio en la urbe guayaquileña, en la región y el país. “Desde lo humano, puedo aprender de él que el arte es igual a ética y responsabilidad”, acota.