La nostalgia que sintieron ayer en la noche los creadores del monigote que representaba al barco Titanic contrastó con la alegría de los visitantes y habitantes de las calles la 28 y Argentina, que acudieron para ver como se quemaba la obra de 40 m de ancho y 10 m de alto.
Desde las 21:30 el público comenzó a llegar al lugar para observar por última vez al año viejo del Titanic guayaco. Cada asistente quería tener un recuerdo en sus cámaras y celulares.
Publicidad
Walter Cedeño, Richard Guambo y otros compañeros que ayudaron en la elaboración del monigote estaban un poco tristes, pero felices por que su obra unió a las familias del sector y tuvieron muchas visitas en el lugar.
Cedeño fue el encargado de prender el fósforo que dio inicio a la quema del viejo. Antes tuvieron que separarlo en ocho partes para evitar algún incendio en el lugar se encontraba una unidad del cuerpo de bomberos mangueras de agua, ya que hubo personas que comenzaron a tirar camaretas. Niños y padres de familia disfrutaron del momento.
Publicidad
Las llamas iluminaron el sector y los asistentes se abrazaron como si fuera el último día del año.
"Esperamos que este fin de año ya la gente del sector nos apoye sin que nosotros le roguemos. Es un gran esfuerzo que vale la pena”, sostuvo Guambo.
A pesar que al día siguiente muchos debían asistir a sus lugares de trabajos, eso no fue impedimento para armar una fiesta; tampoco la leve lluvia que cayó en el sector.
Visitantes
Los moradores no pensaron que la obra congregara tanta gente, como el caso de Janeth Domínguez, quien acudió desde la 40 y Portete para ver el monigote.
Señaló que esta era la primera vez que observaba el monigote, en compañía de su hijo Kevin Vélez, de 12 años, y dos amigas del barrio.
En cambio Juliana Mayorga, que llegó desde la 32 y Capitán Nájera, dijo que observó la réplica del Titanic el pasado 31 de diciembre y ayer fue al lugar para participar de la quema del año viejo.