A propósito de las elecciones en la Universidad Central, quiero hacer presente dos experiencias que tuve cuando cursaba Derecho Internacional y luego por el llamado Instituto de Criminología. En la primera, requeríamos de unas 30 hojas de papel para el mimeógrafo, instrumento de aquel entonces.

 No conseguimos a nivel universitario por ningún lado, pero ¡oh sorpresa! al siguiente día la ciudad, de cuenta de la extrema política incrustada en la universidad, asomó empapelada con propaganda a favor del líder sandinista que hoy desgobierna Nicaragua. En la segunda experiencia, un texto de  obligatoria lectura decía que la delincuencia siempre existió en el Ecuador desde sus inicios como República y luego en otro párrafo posterior decía que la delincuencia hizo su aparición con León Fébres-Cordero. Juzguen ustedes esto y muchas barbaridades que han sucedido en esa casona. Razón tuvieron varios ex dirigentes de la UNE en entrevista televisada años después en decir que la educación ha sido prostituida a todo nivel por el MPD.

Es público que este partido ha convertido a algunos profesores en activistas, con apetencias políticas, desviados totalmente de su meta y a los alumnos en elementos de choque, agresión y violencia, por quítame estas pajas, justificando su actuar como verdaderos actos heroicos y si cayeren elementos de la fuerza pública, tener el cinismo de decir que fueron producidos por los mismos elementos de la fuerza pública, en calidad de infiltrados.

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Con el voto desde los 16 años ya tendrían material para postular jóvenes que por su edad y por estar en grupo pierden el sentido de identidad y mañana serán los grandes competidores políticos, que puedan dejar sin espacio a sus actuales camaradas de Alianza PAIS. Definitivamente, la educación tiene que ser desparasitada de la política que daña con efectos terribles la calidad de la educación.