En un almuerzo con el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Jaap de Hoop Scheffer, "hemos convenido que organizaremos un Consejo OTAN-Rusia informal a mediados de enero a nivel de embajadores", indicó el representante de Moscú ante la Alianza Atlántica, Dimitri Rogozin.

La reunión entre De Hoop Scheffer y Rogozin fue a su vez el primer contacto entre la OTAN y Rusia desde la interrupción de los mismos por el conflicto ruso-georgiano de agosto.

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Pese a esta reanudación de las discusiones, Rogozin subrayó que la OTAN y Rusia "se encuentran en el inicio de un difícil camino para restaurar la confianza".

"Lo que es vital es restaurar la confianza y eso es imposible de lograr en una sola reunión", agregó.

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Desde Moscú, el canciller ruso Serguei Lavrov reclamó que en el orden del día de las discusiones del Consejo OTAN-Rusia se incluyan las causas del conflicto en Georgia en agosto.

"Ahora que nuestros colegas de la OTAN dicen que una reanudación de las relaciones será útil, vamos a insistir en el hecho de que esta reanudación debe comenzar por una discusión sobre las razones de la crisis en el Cáucaso, que nuestros socios eludieron en agosto", dijo Lavrov.

De su lado, una portavoz de la OTAN confirmó la reunión "a mediados de enero" del consejo, foro de discusión creado en 2002.

Rogozin y De Hoop Scheffer "se pusieron de acuerdo para abrir las vías que permitan reanudar el contacto", dijo la vocera Carmen Romero, que calificó de "excelente" la atmósfera de trabajo del almuerzo del viernes, de una duración de dos horas.

Pero el conflicto por las regiones separatistas georgianas prorrusas de Osetia del Sur y Abjasia no es el único diferendo entre Rusia y la OTAN.

En efecto, Moscú no ha cesado de criticar el acercamiento de la OTAN a Ucrania y Georgia, con la promesa de una adhesión a largo plazo y su apoyo al escudo antimisiles que los norteamericanos quieren desplegar en Polonia y República Checa.

De su lado, Rusia suspendió en 2007 el Tratado FCE sobre el control del armamento convencional en Europa.

Además amenazó con denunciar el Tratado INF sobre los misiles de alcance intermedio (500 a 5.500 km).

Otra amenaza agitada por los rusos es el despliegue de misiles en su enclave de Kaliningrado (entre Polonia y Lituania) como respuesta al futuro escudo antimisiles.

La llegada al poder en Washington de Barack Obama y las incertidumbres existentes sobre la posición que adoptará su futura administración no incitan a la moderación a Moscú, que ha decidido utilizar una estrategia enérgica, según un diplomático de la OTAN.