El español Joaquín Benito de Lucas, poeta, crítico, ensayista y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, visitó Ecuador  para ser parte del jurado de premiación  del concurso de poesía mística Fernando Rielo, que se falló en Quito y es uno de los pocos certámenes de este tipo. “Yo me atrevería a decir que es casi el único”, refiere De Lucas, autor de 18 libros y ganador de una decena de premios. En España hay un certamen poético que lleva su nombre. 

¿Qué es la poesía mística?
Ay, si yo lo supiera. Es una actitud del creador poético hacia la divinidad. Los místicos distinguían tres vías para llegar a la unidad con Dios: la vía purgativa, donde se liberaban de todas las pasiones; la vía iluminativa, donde percibían vagamente una luz a lo lejos; y la vía unitiva, se quemaban en esa luz, uniéndose con la divinidad. Este premio es una apuesta para que los poetas se esfuercen en buscar esa vía de divinidad para alcanzar a Dios.
 
¿Es lo mismo que la poesía religiosa?
Es lo mismo y no es lo mismo. Es lo mismo en cuanto el tema de carácter divino, sacramental o eucarístico, pero no es lo mismo cuanto que el fin en la poesía religiosa no es exactamente el misticismo, es un intento de aproximación a actitudes de carácter religioso, pero que no tienen por qué tener ese deseo último de unidad con la divinidad.
 
¿Cómo le ha parecido el concurso Fernando Rielo?
Muy bien. Ha habido un gran número de concursantes. Hay una selección previa que se encarga de estudiarlos, valorarlos y seleccionan un número determinado de textos que van entre los 10 y los 15, que son aquellos que pasan al jurado y el jurado trabaja sobre esos libros.
 
¿Cuál es  el máximo exponente de la poesía mística?
San Juan de la Cruz, sin duda.
 
¿Cómo surgió el certamen que lleva su nombre ?
El ayuntamiento de mi ciudad (Talavera de la Reina) generosamente me concedió el crear un premio con mi nombre para poetas que no tuviesen más de un libro publicado, o que no tuvieran ninguno. Esto ocurrió hace 28 años, en 1985. Posteriormente, el ayuntamiento de mi ciudad muy generosamente me concedió el título de hijo predilecto, de forma que se puede usted imaginar, soy una persona casi importante (ríe), ese premio está dando poetas jóvenes, muy valiosos, que han seguido luego publicando libros y han obtenido excelentes resultados en otros premios.

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¿Cuál es su último trabajo literario?
Acaba de salir hace un mes y se titula La escritura indeleble.  Es un libro de poemas editado por la Fundación Jorge Guillén, de Valladolid. Es un libro que sigue un poco la línea que yo inicié con otro libro, titulado Álbum de familia, donde trato de testimoniar toda una época de mi vida, a través de personajes familiares y de situaciones concretas, de un periodo muy difícil de la vida española que fue la posguerra, y los años del hambre, la pobreza. Yo trato de reivindicar como un reportero, pero usando el verso,  de rememorar y de resucitar situaciones, pasajes y personajes de esa época.
 
¿Continuará escribiendo?
En ese momento cuando uno publica un libro se queda como un poco parado, como los limones, cuando deja toda la sustancia en el último libro, como exprimido. Pero sí,  yo tengo, todavía me encuentro con fuerzas y con capacidad de creación, además eso lo alterno con conferencias y con otro tipo de actividad.
 
¿Cuál es su  percepción de la literatura hispanoamericana?
En España se sigue con mucho interés la novela y también la poesía. Hay poetas hispanoamericanos que hemos seguido desde hace mucho tiempo, poetas como Neruda. Hoy hay poetas que funcionan en España y tienen premios. El premio Cervantes se concede todos los años y de una forma alternativa, un año se concede a un español y otro a un hispanoamericano.

La poesía hispanoamericana en general está muy considerada en España y, sobre todo, aquellos escritores que consiguen publicar en editoriales de prestigio.

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DICE ÉL
BENITO DE LUCAS
“Toda poesía es religiosa, lo decía Juan Ramón Jiménez, que él andaba buscando un camino religioso y lo encontró en su propia poesía, que fue la que le llevó a la búsqueda del Dios deseado y deseante”.