La frase que reza: “La organización desde el juego, para el juego”, es atribuida  al director técnico portugués José Mourinho. El  pensamiento del actual adiestrador del Inter de Milán ubica el modelo de juego como antesala del modelo de entrenamiento.

Se entiende entonces, con absoluta certeza, que desde el juego debe planificarse el entrenamiento de un equipo de fútbol, o para decirlo mejor, desde el concepto de juego, sus principios y todo lo que esté subordinado a este  se debe planificar el método de entrenamiento.

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Este concepto destruye un paradigma en que hasta hoy se esgrime que el fútbol es segmentos de trabajos. Es decir que el preparador físico es responsable de la parte física y otra es la táctica y la técnica,  que tiene como único  comprometido al director técnico.

Nada es más alejado de la realidad que esa idea. Hace ya muchísimo  tiempo se llegó a la conclusión que el fútbol es la suma de varias partes. Es físico, pero al mismo tiempo es  técnico, táctico y psicológico.

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A la sazón, cómo separar estos componentes si  decimos que el juego  es la suma de todo, por ejemplo: cuando se corre es físico, pero si se conduce el balón, entonces es  técnico y táctico. Luego aparecen  compañeros y adversarios y con estos  se exteriorizan las condiciones intelectuales, entonces  el sentido de juego y las destrezas del jugador pasan a ser las que dominen la situación futbolística.

De pronto se originan otras, como la percepción, la decisión y finalmente la ejecución de la acción concebida de forma individual o colectiva. Parece claro, pero para muchos es muy complejo poder advertirlo y asociarlo a la realidad del fútbol actual. Y  en este contexto, los  aficionados y el periodismo  me preguntan, ¿qué pasa con nuestro fútbol? Comparado con el balompié de otros países dicen  del nuestro que es mezquino, no hay dinámica, hay ausencia de habilidad y velocidad, falta el diez o el nueve, se juega cuidando el resultado, sentencian. ¿Qué hacemos?

Para mí la respuesta es simple:  ¡Está aquí! Hoy se continúa trabajando separando la parte  física de la técnica, de lo táctica y de lo psicológica. Lo considero un grave error.

Si queremos tener un fútbol ecuatoriano dinámico, preciso  y veloz  es  necesario  aplicar conceptos de entrenamientos modernos. Pero no solo  aquellos que considera al futbolista un ser resistente, fuerte o un ser veloz, sino una mezcla de esto y aquello.

Mi opinión es que  hay que poner mucha atención a lo que dice Mourinho, que desde el concepto de juego se debe preparar al equipo de fútbol aplicando la globalización como método único (lo que no tiene nada que ver con sistemas de juego, los cuales tratará de explicar en otra ocasión).

O quizás deba ir  más allá, aplicar el concepto de sinergia,  frase que se define como superior a la suma de todas las partes.

Mi consideración es que el fútbol debe planificarse y edificarse bajo ideas, conceptos y métodos de entrenamientos,  los cuales jamás deben ser contradictorios entre los miembros de un cuerpo técnico. En la preparación de un futbolista  se atribuye que el 100% de la condición física no es más que un porcentaje de la preparación general, quizás entre 15% y 25%. Otros factores, como el técnico, destrezas, la táctica (principios ofensivos y defensivos), las condiciones psicológicas, la estrategia, etcétera, completan el tan ansiado 100% del que siempre se habla en la preparación individual y colectiva de un equipo de fútbol.

Finalmente podemos decir con claridad que como queremos jugar debemos entrenar.